Un estudiante de Medicina de 20 años de edad fue detenido en torno a la medianoche del viernes en Oviedo, acusado de un delito de atentado y otro de lesiones tras, según la versión policial, iniciar una huida en el vehículo, en el que viajaba con una chica de su misma edad, tras pasar por encima del pie de un agente vestido de paisano. Un segundo efectivo policial trató de detener el vehículo, pero, siempre según lo declarado por los efectivos, el conductor trató de atropellarle, por lo que el compañero que había quedado tirado en el suelo pegó tres tiros a las puertas del turismo para tratar sin éxito que se detuviera. Finalmente los jóvenes fueron interceptados, y se bajaron pidiendo perdón, asegurando que habían confundido a los agentes con unos ladrones.

Los agentes se encontraban realizando labores de control de menudo cuando, de repente vieron un coche aparcado sobre una zona verde con dos personas en el interior. Uno de ellos se acercó y mostrando los credenciales policiales pidió la documentación a los ocupantes. Fue en ese momento cuando, según la versión, policial, el varón hizo amago de coger algo entre los dos asientos delanteros, pero sorpresivamente, arrancó el vehículo y dio marcha atrás pasando por encima del pie del funcionario que le había pedido identificarse.

"Policía para, policía para", asegura el agente que gritó en ese momento al conductor, el cual decidió entonces cambiar la marcha e iniciar una huida. En su camino se encuentra con el otro agente el cual se interpone en su camino. Es en ese momento cuando el efectivo lesionado logra incorporarse y, al entender que la vida de su compañero corre peligro por un posible atropello, dispara en tres ocasiones al coche, impactando en sus puertas, al mismo tiempo que el segundo policía pudo tirarse al suelo para evitar el atropello, sufriendo algunas lesiones.

La pareja de agentes, mermada por los golpes, logró sin embargo emprender la persecución de los huidos, logrando finalmente interceptar el vehículo. El vehículo se bajó y dijo, siempre según el relato policial, "Dios perdona, perdona, perdona, me puse muy nervioso, lo siento mucho".