Condenado por dejar ciego a golpes al hombre que riñó a su hijo en un bar

Debe pagarle a la víctima una indemnización de más de 95.000 euros

Una agente de la Policía Local de Castelló en el centro de salud del distrito marítimo en una imagen de archivo. MEDITERRÁNEO

Una agente de la Policía Local de Castelló en el centro de salud del distrito marítimo en una imagen de archivo. MEDITERRÁNEO

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a seis años de prisión por un delito de lesiones a un hombre, de 40 años y vecino del Grau, que agredió a otro y lo dejó ciego de un ojo. El penado no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima ni comunicarse con ella por ningún medio durante un periodo de cinco años tras el cumplimiento de la condena.

La sentencia, difundida ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, le impone además el pago al perjudicado de indemnizaciones que suman más de 95.000 euros en total: 28.800 euros por las lesiones temporales que sufrió, de las que tardó 476 días en curar, y otros 66.269 euros por la pérdida de la visión y el resto de secuelas.

¿Cómo sucedieron los hechos?

Los hechos ocurrieron, según consta en el documento judicial, la tarde del 16 de diciembre de 2020, cuando la víctima se encontraba en la terraza de un bar del Grau de Castelló, junto a su esposa. En el establecimiento también se encontraba el condenado y su hijo, de nueve años, que estaba jugando a pegarse con otro menor.

En un momento dado de la tarde, la mujer del perjudicado le llamó la atención al niño, lo que provocó que el condenado la increpara y le gritara a escasos centímetros de distancia. Entonces, la víctima salió en defensa de su mujer, le dijo al agresor que ya estaba bien y le pidió a su esposa que se pusiera la mascarilla. Fue entonces cuando recibió dos puñetazos en la cara por parte del penado. El agredido cayó al suelo a consecuencia de los golpes, lo que aprovechó el agresor para darle también una patada en la cabeza, como consta en la sentencia.

El agresor tenía 36 años y la víctima, 65

La víctima, de 65 años de edad, sufrió una perforación ocular y una herida en el ojo derecho. Como secuela le quedó la pérdida de la visión del ojo casi total, ya que no puede ver más que luces y sombras, y no distingue entre formas, colores o distancias.

Por su parte, el acusado reconoció haberle dado dos golpes en la mejilla --no así en el ojo-- y dijo en el juicio que el herido se cayó al suelo porque «tropezó». 

El tribunal da credibilidad a los testimonios de la víctima y su esposa y a las lesiones, certificadas por los médicos forenses.

La sentencia de la Audiencia castellonense no es firme y puede recurrirse ante el TSJCV.

TEMAS