Que Kim Kardashian no tiene problemas de liquidez y es una de las 'celebrities' más ricas del mundo ya se sabe. Desde el 2017 aparece en la lista 'Forbes' y desde la pasada primavera, la estrella de la televisión estadounidense, de 40 años, forma parte del mismo club de mil millonarios en el que también están Jeff Bezos o Bil Gates. Por eso no es de extrañar que no repare en gastos a la hora de lucir bien en la alfombra roja. Precisamente, una de sus últimas y sonadas apariciones fue en la vuelta de la gala Met, tras dos ediciones en blanco a causa de la pandemia.

La 'socialité' sabe como nadie llamar la atención con sus estilismos, y no se le ocurrió nada más que ir a la ceremonia de los 'Oscar de la moda' vestida como una sombra, con una tela negra, eso sí, de Balenciaga, que le cubría todo el cuerpo y hasta la cara. El conjunto hecho a medida por Demna Gvasalia, director creativo de la casa fundada por el maestro de Getaria, llevó el negro al máximo con un vestido entallado y cola dividida de más de un metro de largo, algo que resaltó su silueta (sus famosas caderas ayudaron a reconocerla cuando recorrió las escaleras del Metropolitan Museum of Art de Nueva York). Después de tantos años y tantos 'realities', Kim, conocida por sus atuendos hipersexualizados, jugaba a ser anónima [sin mucho éxito, pues todo el mundo la identificó y su silueta despertó la creatividad y los memes en las redes].

Un topo con estilo

Tras tantos comentarios críticas, la estrella confirmó luego lo que muchos sospecharon en su momento, que su dramático 'look' la convirtió en una especie de topo: "Kendall me estaba hablando y no podía ver quién era pero vi el contorno brillante de su vestido", confesó en una historia de Instagram. 

Lo que también ha trascendido ahora de tan estrambótica puesta en escena es el escandaloso precio que pagó la 'influencer' por su tocado de larga coleta negra. Lo ha revelado Chris Appleton [en la foto superior, detrás de la celebridad, a la cual maquilla Mario Dedivanovic], su estilista personal, además del de Dua Lipa o Jennifer Lopez, en una reciente sesión con sus fans en Instagram Stories. Además de explicar que la larga cola de caballo medía exactamete 190,5 metros, contó que, obviamente, no era pelo real, sino unas tremendas extensiones. Cuando un seguidor preguntó cuánto costó el postizo, el famoso peluquero soltó que la crin de Kim costó 10.000 dólares estadounidenses, algo más de 8.500 euros.

Ese es el dinero que costaron las extensiones en sí mismas, sin los servicios del cotizado estilista.