Aniceta Bermejo estaba tumbada a la sombra en la Piscina del Parque Príncipe, disfrutando de unas horas de descanso. De repente, una culebra empezó a subir por su pierna derecha. Ella pensaba que simplemente se trataba de un cosquilleo provocado por su marido o que algún insecto intentaba picarle, pero estaba equivocada.

"No te muevas ni te levantes", fueron las palabras que escuchó Aniceta por boca de su marido. El reptil empezó a enrollarse en la pierna de esta ama de casa y al verla, empezó a ponerse muy nerviosa. "Mi marido intentó quitármela, pero la culebra se enroscó en su pierna, entonces me levanté, pero sentí como un mareo y me caí al suelo, provocándome una fractura en la mano izquierda".

Aniceta ha puesto una denuncia al servicio de mantenimiento de la piscina, que corre a cargo de la empresa Conyser, a través del Juzgado de Instrucción número 2 de Cáceres. Pero no fue una operación sencilla para esta mujer de 55 años: "Primero puse una reclamación en la piscina, pero seis días más tarde recibí en mi domicilio una carta remitida por Conyser en la que ellos no se responsabilizaban de lo ocurrido". En este documento la empresa concesionaria de las piscinas municipales de la ciudad cacereña se lamentaba de lo ocurrido, pero dejaba claro que no íba a hacerse cargo de las posibles consecuencias que se derivaran del suceso.

"Estoy totalmente impedida, no puedo limpiar, ni hacer la compra y tampoco preparar la comida". Aniceta, desde hace ya un mes, no puede realizar las labores del hogar y por esa razón no ha cesado hasta dejar constancia de lo sucedido ante la justicia. "Cuando recibí la carta me sentí indignada, pero quise seguir adelante para conseguir una indemnización por lo sucedido".

El siguiente paso fue expresar al Ayuntamiento de Cáceres la situación en la que se encontraba, mediante una carta. En ella explicaba de nuevo su malestar y las consecuencias sufridas después del suceso.

Pero Aniceta no paró hasta conseguir poner la denuncia. "He pasado un mes muy malo yendo de aquí para allí pidiendo una solución sin obtener una respuesta, pero al fin he puesto mi caso en manos de la justicia..." "Ahora sólo quiero que se enteren todos los cacereños para evitar que otra persona pase por esta situación".

Descuidos

La culebra, según la afectada, medía más de un metro y era de color negro. El reptil apareció de repente en la piscina y Aniceta quiere saber por qué: "Sólo intentaba descansar y hacer un poco más soportable el calor de ese día, haciendo uso de un sevicio municipal, pero lo único que conseguí fue estropearme el resto del verano". Ella pide que a partir de ahora, la piscina controle más el mantenimiento de sus instalaciones o que investigue la causa por la que un reptil de esas condiciones se coló en el césped.

"La culebra no me provocó ningún otro mal, porque afortunadamente no me picó, pero podría haberlo hecho y quizá ahora no podría contarlo". Aniceta quiere dejar constancia de la peligrosidad del caso, para que los responsables del mantenimiento de las piscinas se preocupen de conservar el buen estado de las instalaciones durante todo el año, y no sólo en los meses de verano.

No puede continuar con la rutina diaria y tampoco disfrutar de los meses de verano. La afectada ha quedado incapacitada y ha obtenido una respuesta casi un mes después de lo sucedido. Aniceta Bermejo cree que no podrá volver a tumbarse en una toalla a la sombra sin pensar en que todo esto pueda volver a ocurrirle. Mientras tanto seguirá adelante con su propósito de conseguir que la justicia reconozca el daño sufrido.