No tienen lugar donde reunirse. Esa es una de las principales carencias que sufren los habitantes del barrio Cáceres el Viejo, quienes, representados por su presidente vecinal, Francisco Manuel Iglesias, reclaman que se habilite el local que se encuentra en las instalaciones de la piscina como sede vecinal durante todo el año, ya que no existe ninguna. "Somos unos 3.000 vecinos y necesitamos un sitio de reunión", explica Iglesias, que asegura que llevan solicitándolo "más de ocho años" y se lamenta de que dicho local solo se utilice "durante tres meses al año".

Al margen, la barriada sufre también de otros problemas, como los relacionados con la circulación de vehículos. Para Iglesias sería necesaria "una reordenación del tráfico" que evite algunos problemas comunes como los que se dan en las calles semipeatonales. "Solo se puede acceder para entrar o salir de los garajes, hay vehículos que aparcan y muchas veces dos coches que se cruzan no pueden pasar", descubre.

Por su parte, los vecinos echan en falta una oferta de ocio infantil más amplia. El barrio cuenta con pocas zonas verdes y, a la espera de que se acometan definitivamente las pistas deportivas --aprobadas y dotadas con 75.000 euros--, los columpios están destinados a niños de no más de siete u ocho años. "Los niños pueden coger la bici y poco más", comenta Laura Calleja, vecina de la zona.

Por último, para otro de los residentes, Oscar Pintado, los cortes de agua son el principal inconveniente. "Los sufrimos cada dos por tres. El último no hace mucho, como un mes". Con él coincide también Laura Calleja. "El saneamiento no es que sea antiguo, sino que no se hizo bien y cortan el agua sin previo aviso. Entre la constructora y el ayuntamiento se pasan la 'pelota'".