Dos amigos que a mediados del pasado mes de junio fueron condenados a 15 años de prisión por un delito continuado de violación insisten en proclamar su inocencia. Desde el Centro Penitenciario de Cáceres, donde llevan ingresados casi nueve meses, concretamente desde su detención el 27 de diciembre del año pasado, siguen manteniendo que son inocentes y han recurrido la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial ante el Tribunal Supremo.

Fernando A. G. y Eduard N. se sentaron en el banquillo de los acusados el 29 de junio pasado. Llevaban ya cinco meses en prisión provisional por un presunto delito de violación, y tres semanas después de celebrarse el juicio la Audiencia Provincial dictó para ellos sentencia condenatoria. Les declaró autores de un delito continuado de violación, culpables de violar a una mujer hasta en cinco ocasiones, y en un periodo de apenas dos horas, y condenó a cada uno de ellos a 15 años de prisión, así como a pagar a su víctima una indemnización conjunta y solidaria de 30.600 euros por los daños morales y las lesiones causadas.

Aunque ellos aseguraron ser inocentes, alegando que el sexo había sido consentido, el tribunal que les juzgó declaró probado, y así consta en su sentencia, que la mujer que les denunció, de nacionalidad polaca y que tenía alquilada una habitación en la casa de Fernando A. G., había sido agredida repetidamente por los dos acusados, la tarde-noche del 24 de diciembre, Nochebuena, en dicha vivienda.

EN DESACUERDO El abogado defensor de los dos condenados, que ya en el juicio pidió su absolución alegando para ello, y entre otras cuestiones, "el carácter fantasioso de la mujer, que la hace mentir en todo", y la "irrelevancia" del informe forense, "alejado de la realidad", sigue mostrándose en desacuerdo con la sentencia condenatoria.

"Respetamos la sentencia, pero la consideramos injusta y estimamos que no refleja lo que sucedió en el juicio", indicó ayer a este diario el letrado, Antonio Fernández Romero. Considera que la mujer "incurrió en múltiples contradicciones y no aclaró absolutamente nada de lo sucedido aquella noche". Pero, pese a ello, añadió, "el tribunal le concede total credibilidad, mientras que otras pruebas determinantes, como numerosas testificales, entre ellas de testigos que exculpaban claramente a mis representados, no son consideradas".

Por todo ello, concluyó, "esperamos que el Supremo atienda nuestro recurso".