Los bomberos acudieron ayer a sofocar un incendio, y poco después los inquilinos del piso salieron camino de la comisaría cacereña como sospechosos de tráfico de estupefacientes. Ocurrió en el último piso del número 13 de la calle Clavellina a primeras horas de la mañana de Reyes, cuando se desató un fuego virulento en el interior del inmueble que dejó el salón bastante afectado por las llamas. Una vez sofocado, los efectivos se percataron de la cantidad de plantas de marihuana que había en el interior de la casa y de la existencia de un número inusual de billetes distribuidos por la vivienda, por lo que se inició la investigación. Anoche, los dos detenidos seguían en las dependencias policiales a la espera de pasar hoy a disposición judicial.

Fue un viandante el que vio salir el humo por una de las ventanas y dio la voz de alarma justo a las ocho de la mañana, según registró la centralita del Sepei. Fuentes relacionadas con el caso atribuyen el fuego a un colchón que salió ardiendo a causa de una estufa. El parque cacereño desplazó dos camiones y seis bomberos hasta el lugar de los hechos, en la confluencia de la calle Clavellina con San Antón. Según la policía, el aviso al 112 también fue recogido por los cuerpos de seguridad --Nacional y Local--, que se trasladaron al mismo punto. Cuando la situación estaba controlada, los bomberos se dieron cuenta que en el piso había plantaciones de marihuana y dinero en billetes, en una cantidad poco habitual.

NO CONSUMO PROPIO Miembros del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional se hicieron de inmediato cargo de las investigaciones. La presencia de la policía en el inmueble facilitó la rápida detención de dos de las personas que ocupaban el piso en el momento del suceso (habían bajado a la calle al descubrir las llamas, y con ellos se encontraba alguien más que finalmente no fue arrestado). Por la mañana ya estaban declarando en la comisaría cacereña. Ayer noche, fuentes policiales informaron de que permanecían en el mismo lugar y hoy serán trasladados hasta los juzgados.

Las mismas fuentes explicaron que en el interior del piso había una "pequeña plantación", no "excesiva", pero en cantidad suficiente como para descartar que se destinara a consumo propio, de ahí las detenciones por un supuesto delito contra la salud pública. Ayer tampoco trascendió si, además de cultivar la marihuana, la casa se había convertido o no en un lugar habitual de venta.

DOS PERROS ASUSTADOS Por otra parte, los bomberos también rescataron del inmueble a dos perros que se había quedado en el interior tras declararse el incendio. "Los compañeros encontraron a los animales bastante asustados por el humo, pero estaban en buen estado y los entregaron a los agentes", explicó poco después el jefe de guardia de los bomberos. A las 8.52 de la mañana, las dotaciones de Sepei terminaron su trabajo y regresaron al parque cacereño.

EL PERIODICO intentó acceder ayer al interior del edificio, donde existen otras viviendas y locales de negocios, pero estaba completamente cerrado y nadie contestaba al portero automático. Solo la pared ennegrecida de una ventana superior indicaba lo sucedido. Vecinos de la zona mostraron su extrañeza por el suceso, y en un bar cercano afirmaban que nadie se había percatado de lo ocurrido por las horas tan tempranas. En todo caso, no habían oído hablar de la existencia de un punto relacionado con el tráfico de estupefacientes en ese edificio en concreto.