En el mercado franco las gangas no se ofrecen, se vocean: "¡Vamos niña!... Las cerezas a 1 euro, ¡por Dios! ¿qué es un euro?". "¡Venga que llevo la ropita de verano a 2 euros...!", pregonaban las vendedoras el miércoles. Pero esta cita es más que una buena ocasión para comprar barato, "se trata de un servicio fundamental para el consumidor porque permite comprar sin intermediarios, acceder a productos muy frescos y disponer de una amplia oferta", explica Ana Hermoso, presidenta de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Virgen de la Montaña, colectivo que impulsó la creación del mercado en 1977. Por todo ello, considera especialmente necesario que se busque un lugar adecuado, cercano y con fácil acceso.

"Sinceramente, creo que al ayuntamiento le va a resultar muy complicado elegir una nueva ubicación. Al paso que crece la ciudad, no quedan grandes espacios libres y céntricos adonde llevarlo", comenta la responsable. Reconoce que su emplazamiento actual permite acudir a pie a los ciudadanos de toda la zona sur y de parte del centro, "pero el descampado donde los vendedores dejan sus furgonetas es dotacional, hay varios proyectos y por tanto se limitará el poco aparcamiento disponible".

Puesto que el mercado recibe a miles de visitantes cada miércoles, "y muchos se abastecen allí de bastantes productos", el ayuntamiento deberá sopesar las posibilidades y elegir un espacio que reúna las mejores condiciones posibles, según Ana Hermoso. "El ama de casa necesita el mercado franco cerca. Algunas se ven obligadas a coger un autobús para no faltar, pero cosa muy distinta sería que todos los ciudadanos tuviesen que depender del transporte público o privado para llegar, sería muy perjudicial ", afirma.

Según la presidenta, entre las ventajas del mercadillo destaca sobre todo el contacto directo entre el cliente y el productor de alimentos frescos, sin intermediarios. "El plátano sabe a plátano y la manzana a manzana porque están recién cogidos, llevan en las cámaras tres días a lo sumo y no han madurado artificialmente. Eso se nota al comer y al cocinar", indica. Pero además, el usuario encuentra varios puestos con los mismos productos en escasos metros, lo que le permite comparar y conseguir buenos precios, "en lugar de conformarse con las dos marcas que ofrece por ejemplo una gran superficie", matiza Ana Hermoso.