La Feria del Libro se presentó ayer en el paseo de Cánovas, emplazamiento donde se desarrollará hasta el próximo día 3 de mayo, en un acto al que asistieron varios diputados en compañía de la alcaldesa, Elena Nevado, el presidente de la diputación, Laureano León, y la directora de la Editora Regional de Extremadura, Rosa Lencero, que inauguraron la decimoquinta edición de esta feria dedicada a la lectura con una intervención previa.

Laureano León se refirió a este evento como "una cita ineludible para aquellos que entienden la lectura como la mejor vía para el cultivo del alma y, a la vez, el mejor vehículo para compartir historias y pensamientos", explicó. Palabras que refrendó Elena Nevado, quien quiso transmitir su agradecimiento a todos los que hacen posible, un año más, esta actividad, "una de las ferias más consolidadas en nuestro calendario que coloca a la ciudad como el epicentro cultural con el libro como protagonista".

La feria reúne a veintitrés expositores de librerías e instituciones y habrá cuarenta y dos presentaciones de libros con el paseo de Cánovas como escenario, un marco que "invita a sumergirse en la lectura", como comentó la alcaldesa. Además hay programadas una serie de actividades para que los más pequeños también puedan disfrutar, si son lectores, o sumergirse, por primera vez, en el mundo de la literatura.

No faltaron ayer las críticas por parte de libreros presentes en la feria. Una de ellas se refería a que su celebración coincida este fin de semana con la del mercado goyesco. "Se le comentó --a la organización de la feria--, pero coinciden", según manifestó Antonio Sánchez, de El Buscón. Jaime Naranjo García, de la librería Boxoyo, también recordó que la asociación de libreros planteó a la organización que mercado y feria no coincidiesen y que no se presentasen libros que ya se hubiesen presentado con anterioridad en la ciudad, petición que tampoco se ha atendido.

Tomás González, de Libros y Café, añadió que "la calidad de las firmas --de los libros que se presentan-- deja que desear", explicando que hay libros de "un par de editoriales que son de autoedición", en los que no prima tanto el criterio de calidad, sino el de que los autores puedan pagar la edición. González opinó que la organización debería de contar con los libreros, las asociaciones culturales y las editoriales de la ciudad.

El clima es otra de las cuestiones que preocupan a los libreros presentes en la feria. "Con que no nos llueva, nos vale", según manifestó María Rosa Prieto, de librería Alvaro. Otro motivo de inquietud es que el número de puestos de venta, diecisiete, es mayor que en ediciones anteriores, a lo que se suma que las fechas, finales de mes y tras Semana Santa, y la situación económica no ayudan, aunque "siempre se tiene la esperanza de poder salir bien parados", comentó Alfonso Agúndez, de Librería Agúndez.