El espectáculo de los fuegos artificiales y el encendido oficial del recinto ferial inauguraban ayer oficialmente, al cierre de esta edición, la Feria de San Fernando 2015. Sin embargo, ya desde por la tarde los más pequeños pudieron disfrutar de su jornada: el Día del niño, que congregó ayer a centenares de familias que aprovecharon el descuento en las atracciones para pasar un día con sus hijos.

Así, a primera hora de la tarde, las casetas ya no podían competir con la zona de los cacharritos. Los cacereños y, a pesar de ser una jornada laboral, bastantes visitantes se agolpaban ayer frente al tren de la bruja, el canguro o los coches de choque, algunas de las atracciones más demandadas.

"Llevo viniendo un par de años, desde que la niña tiene edad", comenta Pablo Calvo, un tinerfeño que lleva afincado en Cáceres 14 años. Su hija tiene cinco años y ya empieza a disfrutar con las atracciones. "Yo no soy muy apasionado de la feria pero aprovechamos el 'Día del niño' por los descuentos; se monta en tres o cuatro atracciones y nos vamos", apunta.

A Eva María Benito, cacereña de nacimiento, le sucede prácticamente lo mismo. Su hija acaba de cumplir cuatro años y ya no hay manera de no pasar por los cacharritos. "Llevamos trayéndola desde que nació, aunque ahora es cuando empieza a tener edad para montar en las atracciones", confiesa la madre, que desvela el presupuesto reservado para la semana con la pequeña: "Entre 60 y 70 euros me suelo dejar fácilmente", señala.

Otro cacereño, Marcos Vaquero, padre de dos críos, tiene que ir un poco más allá. "Yo los traigo todos los días y me puedo llegar a gastar hasta 100 euros", indica. Sus pequeños, Daniel, de ocho años, e Iker, de tan solo dos, se lo pasan en grande tanto en el máster --una atracción-- como en las colchonetas hinchables, sus cacharritos preferidos. "Estamos un par de horas y, cuando se cansan, los padres disfrutamos de las casetas por la noche, la mejor franja horaria de la feria para nosotros", concluye. Algo similar experimenta cada año Alicia Jiménez. "Es el primer año que empiezan a disfrutar conscientemente", comenta en referencia a sus hijos de tres y un año, respectivamente. "Con 20 euros tienen para montarse hoy en lo que quieran y ya no vendremos más".

El buen tiempo acompañó durante toda la jornada de ayer y, aunque hasta la media tarde no se llenó el recinto ferial ya que se trataba de un día laboral, se acercó incluso gente procedente de pueblos cercanos a la capital cacereña como Malpartida de Cáceres o Arroyo de la Luz. Martina López, cacereña madre de dos críos: Alvaro, de cuatro años, y Lucía, de diez, se acercó después de salir del trabajo. "Vengo un día solamente, me suelo gastar 50 euros entre juegos y la cena y ya no venimos más; hay que ajustarse el cinturón y hacérselo saber a los niños", descubre López. "El chico es más 'asustón' pero la mayor se quiere montar en todo, no le asusta nada".

Algunos fueron ayer y ya no volverán hasta el año que viene, otros tendrán la suerte de repetir a lo largo de esta semana, pero lo que esta claro es que la Feria de San Fernando sigue enganchando a su gente, a los cacereños y a los foráneos a los que seduce el recinto ferial. Ayer fue el pistoletazo de salida; hoy, mucho más.