El caso del crimen de la calle Pintores, un trágico suceso en el que un joven de 24 años natural de Casar falleció a consecuencia de un disparo efectuado por un amigo de 21, llega hoy a juicio. Su autor, Samuel Guerra Méndez, habrá de responder de un delito de homicidio imprudente y otro de tenencia ilícita de armas, por los que se enfrenta a seis años y medio de prisión.

Catorce meses después del suceso, uno de los que mayor conmoción han causado en la ciudad en el último año, hoy, a las diez de la mañana, Samuel Guerra Méndez se sentará en el banquillo de los acusados. El juicio se celebrará en el Juzgado de lo Penal, ya que finalmente no se le acusa ni de asesinato ni de homicidio, sino de homicidio imprudente, al haberse considerado que el disparo que causó la muerte de su amigo Agustín Garzo Bravo fue fortuito.

Por ello, el Ministerio Fiscal le acusa de un delito de homicidio imprudente, por el que pide una pena de tres años y nueve meses de prisión; junto a otro de tenencia ilícita de armas, por el que solicita dos años y nueve meses de prisión. Así figura en sus conclusiones provisionales, aunque según pudo saber ayer EL PERIODICO de fuentes cercanas al caso, hoy podría llegarse a acuerdo entre las partes --fiscal, acusación particular y defensa-- sobre las penas a imponer. Este posible acuerdo, según las fuentes consultadas, no evitarían al acusado la prisión, "pues se trata de dos delitos", pero sí el juicio, que no llegaría a celebrarse.

Junto a las penas de prisión, el Ministerio Fiscal solicita se imponga al acusado, en concepto de responsabilidad civil, el pago de una indemnización de 100.000 euros a los padres del joven fallecido por el daño moral causado y de 20.000 euros, por el mismo concepto, al hermano.

EL SUCESO El caso que hoy llega a juicio ocurrió hace poco más de un año. Como ya publicó en su día este diario, y recoge el Ministerio Fiscal en sus conclusiones provisionales, el acusado, Samuel Guerra Méndez, mayor de edad y sin antecedentes penales, se encontraba en compañía del fallecido, Agustín Garzo, y otro amigo en un bar que regentaba el primero cuando decidieron marcharse al domicilio de éste, situado en el calle Pintores.

"Una vez allí, estando los tres sentados alrededor de una mesa camilla, Samuel cogió una pistola marca Tanfoglio con la que, tras quitar el cargador y sin comprobar si quedaba o no alguna bala en la recámara, apuntó, a una distancia aproximada de un metro, a su amigo Agustín, procediendo a continuación a disparar el arma, en la creencia de que la misma se encontraba descargada, siendo alcanzado Agustín en la cara antero izquierda del cuello por una bala que había en la recámara".

Agustín comenzó a quejarse y a respirar con dificultad, por lo que el acusado y el otro amigo, tras tirar la pistola y su cargador al tejado de un edificio situado enfrente, le bajaron a la calle y huyeron una vez fueron avisados los servicios sanitarios.

Agustín Garzo falleció el mismo día 17 sobre las 23.20 horas. Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron al autor del disparo que le causó la muerte al día siguiente, 18 de marzo. El 20 de marzo la juez titular del Juzgado número 3 decretaba para Samuel Guerra el ingreso en prisión provisional sin fianza. Tras nueve meses en prisión, la juez encargada del caso decretaba su puesta en libertad provisional a la espera del juicio, que tendrá lugar hoy.