Un reportaje de mi amigo José Luis ha dado lugar a muchos comentarios en nuestra ciudad. Florentino Pérez se ha interesado por un proyecto urbanístico en la capital cacereña.

A primera vista no puede extrañar pues el tal proyecto debe desarrollarse en las Minas. Y menudo águila está hecho Florentino como para no ver que de unas minas se puede sacar mucho dinero. Ni siquiera ha preguntado de qué son las minas. Las minas son minas sean de lo que sean. Aunque en éstas ya se ha extraído todo el material que cabía esperar, aún quedan flecos suculentos que no pueden esconderse al buen paladar de un inversor.

El ayuntamiento pretende crear un centro cultural y recreativo. No sé si Florentino está por la cultura, pero de la misma manera que ha reformado y promocionado el museo del Real Madrid, que a mí me parece que deben cambiarle el nombre y pasar de Real a Imperial, puede construir aquí salas de conferencias, aulas informáticas, de exposiciones, etcétera. Puesto que se desea hacer también campos de deportes es de esperar que alguno lleve el nombre de Beckham y de la pija. O quizás reserven esos nombres para designar al parque de tráfico, que inauguraría la parejita recién lavada con su flamante Aston Martin descapotable de diecinueve millones de las antiguas pesetillas y el campo se llame Raúl.

Y ya que aterriza en Cáceres quizá fuera bueno pedirle consejos y ayudas para el el CP Cacereño deje de arrastrarse por las divisiones inferiores y pase a ser, si no galáctico, el menos lucerito. ¿Serviría de algo recalificar los terrenos del club? Si es que aún son del club. De baloncesto mejor no hablarle, pues no parece interesarle mucho y además la directiva no necesita consejos de nadie.