Supusieron el progreso, la mejora de las comunicaciones y el incremento poblacional de Cáceres. Aldea Moret nació como producto de la minería y vivió por y para ellla. De sus instalaciones se exportaban materiales a Portugal, Inglaterra, Francia... media Europa se abastecía de la mina, la empresa más floreciente de Cáceres durante el siglo XIX, el símbolo del pasado económico más próspero de la capital a lo largo de toda su historia.

Las minas dieron trabajo a cientos de personas y en torno a ellas nació el poblado minero, de clara influencia anglosajona, que sigue siendo arquitectónicamente único entre otros de su misma categoría. Todo ello ocurrió alrededor de 1864 tras el descubrimiento de la fosforita, un mineral rico en fósforo, por parte del comisario de Policía Francisco Lorenzo y de Diego Bibiano González, que encontraron una piedra blanca en la falda occidental del cerro de Cabeza Rubia, que resultó ser fosfato de cal con una riqueza del 62%.

Aldea Moret debe su nombre a Segismundo Moret (seis veces ministro con Sagasta, un hombre influyente que llegó por tres veces a la Presidencia del Gobierno), un político que consiguió gracias a sus envidiables contactos que una rama del ferrocarril llegase hasta la boca de la mina, lo que facilitó que la fosforita pudiera ser distribuida a toda Europa, una actividad que definitivamente se paró en 1963.

De Aldea Moret y de su influencia histórica versará el IV 'Encuentro en Cáceres y Aldea Moret', organizado por la Asociación Minas Aldea Moret (Amam), creada en febrero de este año, y que se celebra este fin de semana. Francisco Luis López, presidente del colectivo, explicó ayer durante la presentación en el ayuntamiento, que esta cita, en la que participarán unas cien personas, pretende fomentar la relación de la ciudad con una barriada castigada a la marginación y el olvido tras su pasado de esplendor. Algo parecido explicó José Pastor, también miembro de Amam, quien apuntó cómo a Cáceres se la conoció internacionalmente gracias a la mina.

En el programa de actividades que se ha diseñado figuran conferencias sobre las figuras del impulsor de la actividad minera en la ciudad, Segismundo Moret y su relación con Santiago Ramón y Cajal (el viernes en Clavellinas), una visita al Centro de Cirugía de Mínima Invasión, el sábado, y una visita el domingo al poblado minero con homenaje al minero incluido en la avenida de la Constitución, frente a la estatua. También habrá misa en la parroquia de San Eugenio y el XI Festival Flamenco de las Minas de Aldea Moret, a las 19.00 horas del domingo en el Gran Teatro.

Todo ello para recordar los años más florecientes de Cáceres, como bien explicó el ingeniero, jefe de la mina en los años 50, Eugenio Muñiz, cuando Aldea Moret era el referente que marcaba el rumbo del progreso.