El mismo día en que Womad baja su telón, ella levanta su corazón y se muestra tal cual es: como una Coca Cola efervescente. Siente, vive y ama como si tuviera 18 años. Leonor Flores: benditos 50.
--Habemus Womad...
--Nos ha costado mucho la negociación, pero sí, habemus Womad.
--Aunque este no sea aquel Womad que vivimos...
--Hemos estado expectantes y mirando con lupa absolutamente todo para que sea el que vivimos.
--Me refiero a que solo un año vimos a Peter Gabriel, porque nunca más vino por aquí...
--El se lo pierde.
--Pero ya se sabe, Womad es como la Coca Cola: o compras Coca Cola o compras Cola del Día...
--No ha sido Cola del Día. Esta vez le ha costado mucho a Dania... y al día ha tenido que estar, aunque tenga un sello parecido al de Coca-Cola, que ya les gustaría.
--Pues a mí, qué quiere que le diga, me gusta esta Coca Cola de Womad que sale en el telediario...
--Es lo que más se ha valorado: la salida internacional.
--Usted a los 16 guardaba propaganda política bajo el colchón...
--Eran los años difíciles de la transición. Todos los progresistas luchamos por la democracia, por ella nos dejamos media piel y entre todos la conquistamos.
--La conquistó aún siendo detenida por defender sus ideas...
--Las detenciones eran de poco tiempo. Menos mal, teniendo un padre militar, como el mío.
--Usted fue de Izquierda Unida en la época de la pinza...
--No reniego de mi pasado, lo reivindico. Ojalá todos los jóvenes pudieran encontrarse con aquel momento sabiendo que hay que luchar por las cosas, que las cosas cuestan mucho y que hay que seguir avanzando.
--¿Y lo de la pinza?
--Me presenté de número 2 en una lista alternativa a la de Julio Anguita. Tuvimos una representación importante dentro de IU para reivindicar que la izquierda estaba en un sitio, la derecha en otro y que el discurso de las dos orillas no nos lo creíamos.
--¿Dónde ha quedado todo eso?
--Donde tiene que estar. He madurado en política y se me ha dado la oportunidad de poderlo hacer dentro de un gobierno.
--¿Dónde ha quedado su rizada cabellera negra?
--Yo he tenido rizada la cabellera negra, rubia, castaña... creo que esta cosa que se llama cabello sirve para teñírselo, ponerlo de distintos colores y ser divertido en la vida.
--¿Dónde han quedado sus jerseys desaliñados tras los que siempre se escondió una mujer 10?
--(Risas). Creo en la libertad, así que ¡bienvenida sea la holgura!
--¿Cómo se ama a los 50?
--Igual que a los 18, que a los 20, que a los 40, que a los 80. Al amor nunca hay que renunciar.
--¿A los 50 hay que seguir dando explicaciones de por qué se ama?
--Creo que nunca hay que dar explicaciones. Amas en la máxima intimidad y no tienes por qué explicar a los demás por qué amas o por qué dejas de amar.
--¿A los 50 una mujer ama con más intensidad que un hombre?
--He sabido amar en todos los momentos. Y ahora debo decir que amo, me he enamorado y he tenido la fortuna de encontrarme con la persona apropiada.
--Sea con 16, sea con 50, usted sigue siendo más chula que un ocho...
--A veces se confunde la coherencia y la sinceridad con la chulería.
--Por ejemplo, llega a Cáceres y dice: no hay Womad...
--Yo no lo dije. Lo dijo una tal Dania Dévora, de Womad.
--Y después dice: que no hay conciertos, pues yo los monto en el ambigú del Gran Teatro...
--Compás de espera es un paréntesis hasta que dé tiempo de manera racionalizada, como lo está haciendo la alcaldesa de Cáceres, a montar la nueva ordenanza.
--La veo diplomática...
--No tanto.
--¿A ver, qué haría usted con Cáceres si fuera alcaldesa?
--Carmen es una persona muy responsable y cautelosa. A lo mejor yo, por mi personalidad, también soy responsable pero me hubiera arriesgado un poquito más.
--¿Habría tardado un año en resolver la ley municipal del ocio?
--Creo que si se está tardando es para poder consensuarla.
--A sus compañeros socialistas del ayuntamiento no se les ve en los conciertos, usted no se pierde ni uno...
--Yo no me pierdo ni uno primero por mi afición a la música y segundo porque creo que hay bajarse del coche y ver lo que hay por Cáceres. Es duro pero necesario en política.
--¿Qué hay que hacer para no tener el corazón helado?
--Renacer cada día y no perder ni la ingenuidad ni la pasión.
--La miro y recuerdo nuestro viaje en autobús...
--¡Y como disfrutamos! Recuerdo nuestros apartes , nuestras risas entre tanto protocolo.
--Y antes, como ahora, las críticas le resbalan...
--Nadie tiene derecho a meterse en mi vida personal, por eso no me resbalan las críticas, me resbalan los malos modos.
--Y sigue mirando a Extremadura...
--Por supuesto. Creo en nuestra gente y creo en nuestro futuro.
--Y ahora mira a Helga de Alvear...
--La quiero con locura, no solo por cedernos sus 2.000 obras, sino porque es una mujer que admiro.
--Y siempre mira a sus hijas...
--Lo mejor que tengo en mi vida. Diferentes las dos pero las dos maravillosas.
--Y ahora también mira a Federico...
--Es mi amante, mi marido, mi compañero, mi cómplice de vida. Compartimos absolutamente todo y es mi amorcito de todos los días, qué quiere que le diga.
--¿Qué es la capitalidad?
--Un deseo. Un sueño que se puede hacer realidad, o no, pero lo intentaremos.
--¿Me dedica un blues, con o sin autobús?
--Le cantaría Por la calle Pintores , de Póker de Blues.