Los hay pelotas: "¡Vivan las cacereñas! Mujeres como vosotras no se encuentran"; y viciosos: "Cáceres es como el tabaco: una vez que se prueba, engancha"; y juerguistas: "¡Viva Cáceres, viva el vino, viva León y viva la madre que me parió!"; y reivindicativos: "Por una ciudad donde se pueda aparcar gratis"; y cinéfilos: "¡Viva Cáceres y Harry Potter!" y musicales: "Soy Ana, la montijana que siempre va sola por la ciudad"; y pesimistas: "Mi apoyo a Cáceres, pero acabo de suspender dos exámenes".

El libro de la capitalidad cultural, un ejemplar de grandes dimensiones diseñado por el ayuntamiento para recabar apoyos de cara al reto del 2016, se ha convertido en un auténtico crisol de la sociedad cacereña y de los turistas que pasan por la ciudad. Firman niños, rubrican mayores, suscriben graffiteros , y otros dejan dibujos del Bujaco y figuras abstractas. Hay leyendas en euskera, en catalán, en árabe y en idiomas que nadie conoce; hay apoyos de húngaros, mejicanos, venezolanos, belgas, franceses e ingleses ("Cáceres forever").

PALACIO DE LA ISLA El libro reúne 5.400 firmas en cuatro meses, y podían ser más, pero algunas páginas se han eliminado porque no tenían ninguna relación con Cáceres, ni con la capitalidad, ni con el 2016. Puesto que el libro está situado en un gigantesco atril del Palacio de la Isla, algunos invitados a las bodas civiles se han dedicado a rellenar páginas sin sentido. "Al final hemos tenido que colgar un cartel para que todos los que quieran firmar se lo indiquen a los empleados", explica la edil de Cultura, Cristina Leirachá, muy satisfecha con el ritmo de los apoyos.

La mayoría de las firmas hacen alusión a la riqueza patrimonial de la ciudad y lanzan piropos: "¡Bonita!", "¡Preciosa!", "Romántica...". La frase que más se repite es "Cáceres lo merece". Hay leyendas muy elaboradas escritas por profesores, historiadores, arquitectos, políticos, escritores, pintores y artistas: "Que la ciudad cruce de caminos y pueblos sea la capital de la cultura y ejemplo de convivencia". Familias tradicionales también dejan su apoyo: "Los García-Plata, siempre con nuestro Cáceres".

Los hay más sencillos: "Cáceres es guay"; y agradecidos: "Mi apoyo a esta ciudad monumental, donde he conocido al chico de mi vida"; y muchos hijos adoptivos: "Firmo por mí y por mi hijo Daniel, el primer cacereño de mi familia"; y numerosos inmigrantes. Existen apoyos de todas las provincias, incluida Córdoba: "Cáceres es merecedora de la capitalidad por su historia y su belleza".

Escriben muchos jóvenes, muchísimos estudiantes y un gran número de personas que piden la paz en las circunstancias actuales. La sociedad también demuestra su talante liberal a través de las firmas: "Las chicas del Casar somos muy listas, no nos tiramos al tren, sino al maquinista. Estamos con la ciudad"; y su afán de superación: "En Cáceres se leen pocos libros, debemos fomentar la lectura"; y su capacidad de entrega "Nací para sufrir y vivo vacilando, ¡Viva Cáceres!"; y su seguridad: "A una diputada de Córdoba le advertí que no se hiciera ilusiones"; y su galanteo: "Esta firma va por la cuidadora del libro".