No es médico pero su negocio de venta de colchones le ha llevado a mejorar la vida de muchos cacereños. Manolo Méndez montó Colchonería Cáceres en la plaza de Obispo Galarza hace 39 años y desde entonces ha contribuido a que Cáceres sea la ciudad de los dulces sueños. "He vendido colchones a personas con desviaciones de la columna vertebral, hernias de hiato, dolores lumbares, alergias,... Nosotros cuando vendemos un colchón le preguntamos a la gente muchas cosas de su vida, es necesario para saber qué artículo es el más adecuado. Después muchos clientes me han venido llorando de alegría porque sus dolencias han disminuido", explica Manolo Méndez.

El negocio de los colchones ha cambiado mucho desde que comenzó con su establecimiento. Antes, asegura, se vendían artículos de precios muy altos para la época, la gente llegaba a su tienda pidiendo el mejor colchón, que podía rondar las 100.000 pesetas. "Pedíamos a las marcas partidas de 100 colchones y nos duraban en la tienda 15 o 20 días", recuerda. La razón era la escasa competencia en el sector, ya que durante muchos años solo existieron dos colchonerías. De hecho Méndez fue uno de los pioneros en introducir la marca Flex en la capital cacereña, cuyo rótulo aún figura en la fachada de su establecimiento.

Llegó a Obispo Galarza por casualidad, sin embargo ha mantenido su negocio en este lugar porque se siente cómodo en la zona. Y se ha convertido, además, en un gran defensor de la plaza y de la calle Parras. "Nadie confía en la calle Parras, pero podía ser peatonal para potenciar el comercio en la zona, que lo que necesita es que abran más negocios", explica el empresario.

Méndez ha llegado a plantear que el mercadillo de los miércoles se celebre en la plaza de Obispo Galarza, porque sería una forma de atraer a los cacereños a este lugar.

En cuanto a infraestructuras, cree que el ayuntamiento debería realizar algunos cambios, sobre todo pensando en las decenas de turistas que cada día llegan a Galarza en autobuses. "Se bajan del autobús y lo primero que ven son unos contenedores, tendrían que quitarse de ahí", señala. "Tienen --continúa Méndez-- que embellecer la zona y replantar los árboles de la calle".