Disquisiciones y controversias políticas al margen, en 1931 el Gobierno de la República marcó una pequeña pero importante diferencia en Cáceres. Un decreto del entonces Ministerio de Bellas Artes declaraba como Monumentos tres edificios históricos de la parte antigua cacereña: la casa de Las Veletas hoy convertido en Museo de Cáceres y que alberga el famoso aljibe árabe, la casa morisca de la cuesta de Aldana y el palacio de los Golfines de Abajo. De aquella declaración histórica, considerada como "una de las mayores aportaciones en aras de la defensa del patrimonio histórico-artístico", se han cumplido 75 años.

El Museo de Cáceres ha recordado la efemérides en su boletín informativo con una breve reseña de lo que supuso ese texto legal del 3 de junio para las decenas de inmuebles que quedaban al resguardo del Estado. Fue una amplia declaración nacional, con un largo listado de edificios, espacios urbanos y yacimientos por provincias que buscaba "evitar el vacío legal que posibilitaba situaciones de expolio graves", se explica en la reseña.

Así, la declaración de Monumentos, tanto en el caso de los edificios cacereños como en el resto, suponía "un control público con prohibiciones concretas a cualquier forma de destrucción". En ella, se tenían en cuenta sus características arquitectónicas como su ubicación. En el caso de la casa de las Veletas, el decreto significó un empujón definitivo a la creación del actual museo promovido por un grupo de estudiosos, que se trasladó a este edificio en noviembre de 1931 aunque no se inauguraría como tal hasta dos años después.

Otros monumentos

Además de las tres construcciones de la ciudad monumental de la capital cacereña, en aquel decreto se incluyeron otros edificios singulares de la provincia, como las catedrales de Coria y Plasencia, y restos arqueológicos, como las ruinas de Cáparra, el cerro de San Cristóbal en Logrosán o la sierra de Santa Cruz.