TBtajo el título La invención del paraíso , se organizó una exposición donde se colgaron los cuadros que recreaban el paisaje norteamericano que vieran los exploradores durante los siglos XVIII y XIX, siguiendo los pasos dados por Lewis y Clark en su ruta por La Luisiana.

Eran lienzos de lugares maravillosos, increíbles y extraños, también salvajes, inhóspitos, oscuros- y a la vez, y esto los hacía asombrosos, de territorios luminosos, extraordinarios y ricos, sitios por descubrir y apenas ollados por media docena de "rostros pálidos" --sobre el genocidio de los nativos, Enterrad mi corazón en Wounded Knee , de D. Brown--; eran, aquellas extensiones de tierra, espacios del alma.

Posteriormente el señor Pyle puso cara, cuerpo, gesto y espíritu a filibusteros, bucaneros y corsarios con ilustraciones sobre lo que ya no existía pero que era necesario imaginar, crear --por aquello de la libertad y la aventura--. Ahora, salvando las distancias estilísticas y temporales, en el garito cacereño María Mandiles, situado en la calle Pizarro, Andrés Gutiérrez Morillo, Mandril , expone una colección llamada Piratas .

En ella se muestran, hechas a base de carátulas fabricadas "por los que antes fuimos", construcciones gráficas y artísticas que son los mapas de nuestros gustos, y por lo tanto, de nuestros antiguos lugares del alma, de nuestro pasado musical y de nuestros Paraísos --¿perdidos?-- particulares.

Si van a verla sentirán, no sé si solo en la boca, un sabor dulce y agrio a la vez, agradable y duro, nostálgico, melancólico y afortunadamente, divertido.