Si uno aparca el coche en la puerta del restaurante cacereño El Figón de Eustaquio corre el riesgo de ser multado de inmediato por la policía local. Esta situación trae de cabeza al dueño de este establecimientos, Eustaquio Blanco. El restaurador afirma que a partir de las doce de la mañana una pareja de agentes vigila incansablemente la zona "y al menor descuido: una multa".

El empresario considera que "no tiene sentido" que una pareja de agentes esté a las puertas de su local todo el día, "cuando puede estar en otro sitio haciendo un papel más eficaz". Blanco añade que los fines de semana "empiezan a poner multas a las once y media o doce de la noche, cuando no hay tráfico, no hay peatones y no se perjudica a nadie".

Además asegura que esta estricta vigilancia le ha hecho perder muchos clientes. "Hay meses que tengo pérdidas de tres millones de pesetas en ventas con respecto al año pasado". Blanco añade que si la situación continua así no sabe que pasará con "las 16 o 17 familias que tengo en plantilla".

La prohibición de aparcar en esta zona --salvo carga y descarga, de siete a doce de la mañana-- se estableció hace cuatro meses. Eustaquio Blanco dice que él, como la asociación de empresarios del centro, no se oponen a la peatonalización de la parte antigua, al contrario, creen que cerrarla al tráfico "enriquecerá a todos". Pero se queja de la discriminación que hay entre unos negocios y otros en cuanto a los aparcamientos en este momento, por lo que pide que, para que no haya "privilegios", la policía sea más "flexible" y se creen infraestructuras que solucionen el problema hasta que se haga el párking de Camino Llano.

Blanco asegura que desde la asociación de empresarios del centro se ha pedido una entrevista con el alcalde, José María Saponi, para tratar este asunto --que afecta a más negocios-- "pero ha pasado olímpicamente". Asimismo, critica la actitud del edil de Tráfico, Santos Parra, a quien dice ha enviado dos escritos compulsados y "no me ha hecho ni caso".

El empresario señala que decisiones como éstas son "contradictorias" con otras iniciativas para atraer turistas, "porque el forastero, si se le marea, se aburre y no vuelve" y cree que deben consultarse "con el pueblo y los afectados" antes de llevarse a efecto.