Angeles Penis, responsable del equipo que trabaja en Santa María y en el palacio de Carvajal, asegura que "afortunadamente" las instituciones públicas y diversas empresas y organizaciones privadas comienzan a contratar a personal especializado para realizar este tipo de trabajos. "Pero todavía existen colectivos, entre ellos algunas cofradías de la región, que recurren a personas ´habilidosas´ para reformar el patrimonio. Sus métodos, poco ortodoxos, provocan que en más de una ocasión las piezas sean incluso irrecuperables", explica.

Su empresa, Gótico Restauraciones, es una de las escasas firmas de la región dedicadas a esta labor. "Las instituciones comienzan a contar con profesionales de la tierra, un gesto que agradecemos de veras", afirma.