Paredes blancas y relucientes, suelo de granito, escaleras nuevas,... La ermita de La Soledad parece otra. Tras casi un año de restauraciones ya está todo a punto para abrir sus puertas. Ayer se estrenaron las instalaciones reformadas con la bendición del vicario de la diócesis de Coria-Cáceres, pero el gran debut será en Semana Santa, cuando los hermanos de la cofradía de La Soledad y el Santo Entierro saquen a la Virgen de la Alegría de su nuevo templo, rehabilitado tras más de medio siglo soportando humedades que deterioraron su interior.

La Soledad fue fundada en 1470 y dedicada al culto durante seis siglos en los que ha llegado a funcionar como hospital de peregrinos. Hoy es lugar de retiro para los cacereños que a partir de ahora podrán disfrutar de ella mucho más tiempo. La idea es abrirla al menos todas las semanas (hasta ahora, debido al mal estado, solo se abría una vez al mes).

"Cuando entro en la iglesia tengo una sensación extraña. Verla restaurada y mejorada es lo mejor que he vivido en estos años", confiesa a este diario el mayordomo, Ricardo Galán. Tras los trabajos se han descubierto una ventana con una inscripción del siglo XVIII y un muro con las baldosas primitivas, que datan del siglo XV.

La restauración ha costado a la hermandad cerca de 40.000 euros. Para pagarlos, además de los fondos propios y de la ayuda de la Asociación Valhondo San Lázaro, la cofradía ha usado el ingenio. Van a vender las nuevas losetas del suelo, a 20 euros, y cada una de ellas llevará el nombre del comprador. Se puede hacer a través de la web www.cofradiasoledad.org y de momento se han vendido 53 de las 338 que se han instalado: "es como si la baldosa fuera del comprador. Pueden poner su nombre o una dedicatoria y después se les dará un diploma acreditando que la loseta es suya", explicó el mayordomo.

La ermita ya está a punto, sin embargo aún quedan cosas por hacer, como el arreglo del manto de la Virgen, un proyecto que ya está en marcha y que costará algo más de 12.000 euros. Pero esto ya no podrá verlo Ricardo Galán que este año vivirá su última Semana Santa al frente de la cofradía.

No ha podido tener mejor despedida que ésta: "Recuerdo que venía aquí buscando la soledad cuando estaba triste. Me sentaba en un banco y recapacitaba mientras hablaba con los angelitos. Esta ermita me ha reportado mucho espiritualmente. Es un placer verla tan bonita como está ahora", dice Galán horas antes de que la Soledad extienda por fin su alfombra roja.