Esta joven trabajadora del centro de Aspace en la capital cacereña ha cambiado de domicilio, ha comprado una nueva casa y por tanto se ha metido de lleno en una hipoteca, por eso el retraso de cuatro meses en el pago de los salarios le está afectando de forma bastante evidente. "Imagínate, con lo que supone hoy día cargar con una hipoteca, y desde febrero en estas condiciones...", lamentaba ayer un tanto abatida al finalizar la concentración en las puertas del recinto, situado en las calles del residencial R-66.

Además, Montaña Blanco, que realiza tareas de cuidadora con las personas que sufren parálisis cerebral, tiene una niña de 5 años de edad. "Todos los que somos padres sabemos los gastos que generan...", comentaba rodeada de sus compañeras, la mayoría jóvenes profesionales de entre 20 y 40 años. Al menos su marido también trabaja: "Con su sueldo nos estamos apañando, vamos tirando mientras mi situación se arregla", dijo.

Al igual que muchos de los empleados, Montaña Blanco no quiere utilizar las concentraciones para culpar a unos u otros de los problemas. "Solo pretendemos que se entienda nuestra situación y que se solucione, porque no es cuestión de seguir así mucho más tiempo".