Diez de la mañana de cualquier día laborable en la Ciudad Monumental. Los vehículos forman parte de las vistas históricas en casi todos los rincones transitables. En unas plazas se agolpan para ocupar hasta el último hueco dejando sólo un paso a los peatones. En otras se dispersan, salpicando iglesias y palacios aquí y allá, con el mismo efecto negativo sobre el patrimonio. El problema se arrastra desde hace años y el ayuntamiento ha iniciado un primer proyecto para poner coto. El Gabinete Técnico de la Policía Local está redactando un estudio que reorganizará la carga y descarga en la zona intramuros con espacios fijos y horarios más discretos. Se aplicará en 2011, cuando finalice la obra de la plaza Mayor.

Así lo ha confirmado Carlos Jurado, concejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana, que ha dado instrucciones para que se acometa el proyecto. "La regulación del tráfico en la parte antigua constituye uno de nuestros principales objetivos. Estaba descontrolado, no podía seguir así, era una tomadura de pelo para los propios vecinos y un perjuicio para el patrimonio", afirma. En 2008 se inició el recorte de las tarjetas de acceso a las personas que no cumplían los criterios. Se habían repartido más de 900, cantidad excesiva para 360 residentes y 40 empresas. "Ya hemos eliminado unas 500", afirma el edil. También se ha reducido el aparcamiento indiscriminado mediante sanciones, pero falta camino por recorrer. Desde el próximo año se aplicarán con rigor los criterios de entrada al casco histórico, y habrá otra regulación para carga y descarga.

"Antes no podemos hacerlo porque están en marcha varias obras a la vez: plaza Mayor, Parador, hotel de Atrio o Fundación Mercedes Calles. Tienen tanto trasiego que no sería adecuado ni aconsejable endurecer ahora los accesos", reconoce el edil, a sabiendas de que otros aprovechan la flexibilidad que existe con la carga y descarga para colarse y aparcar. Ahora bien, cuando la plaza esté lista y sea peatonal, los accesos se ceñirán sólo a los criterios aprobados en su día por todos los partidos: residentes, emergencias y transporte.

Los cambios en la carga y descarga serán consultados con los hosteleros y comerciantes. Se fijarán aparcamientos que no supongan un esfuerzo extra a los transportistas, pero que tampoco oculten palacios con siglos de antigüedad. También se establecerá un horario más temprano (ahora abarca de 9.00 a 12.00), o repartido entre mañana y tarde. "No pretendemos que los empresarios se peguen un madrugón, vamos a respetar su dinámica. Pero tampoco es lógico que los camiones estén descargando a mansalva a las 12.30 en plena plaza o parte antigua. Hay que consensuarlo", señala Jurado.

Sin embargo, para despejar intramuros también habría que asignar aparcamientos a los residentes en zonas más ocultas (las fotos muestran que muchos son coches particulares), un proyecto que baraja el ayuntamiento y que todavía no ha concretado.