El primer preso en la región vinculado al terrorismo islámico, al menos desde los atentados del 11-M, se encuentra desde hace dos semanas recluido en el Centro Penitenciario de Cáceres, según confirmó ayer a EL PERIODICO el nuevo director de la prisión, Esteban Suárez, que accedió al cargo el pasado 18 de octubre en sustitución de Hipólito Díaz. El preso fue trasladado desde otra prisión española por orden de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.

El recluso, cuya identidad no fue facilitada por el responsable penitenciario por una cuestión de seguridad, no está relacionado directamente con el triple atentado de los trenes de Atocha de Madrid ocurrido el pasado 11 de marzo, aunque sí tiene conexión con organizaciones de terrorismo integrista musulmán.

SIETE PRESOS DE ETA El preso se encuentra aislado del resto de la población reclusa en el módulo reservado para los internos incluidos en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), entre ellos todos los reclusos preventivos o con condenas por delitos de terrorismo o vinculación con banda armada, así como los que apoyan o colaboran con éstas.

Dentro del mismo módulo se encuentran otros siete presos de la banda terrorista ETA, también incluidos en el FIES, una de las cifras más altas de miembros etarras que ha tenido en los últimos años el Centro Penitenciario de Cáceres.

DISPERSION Y MAXIMO CONTROL

Actualmente, según los últimos datos hechos públicos, en las 77 cárceles españolas hay 59.465 presos, de los cuales más de 7.000 son musulmanes. De éstos, 73 reclusos ingresaron por motivos relacionados con actividades terroristas.

La presencia en Cáceres de este interno ligado al terrorismo islámico no está directamente vinculada al endurecimiento de la política de dispersión decretada por el Ministerio del Interior para evitar la creación de células terroristas dentro de las cárceles españolas. Una de estas células fue descubierta en la investigación del 11-M que pretendía atentar contra la Audiencia Nacional y que, presuntamente, había elaborado sus planes en el interior de las prisiones entre el 2001 y 2003.

Las cárceles de Madrid albergaban la mayoría de los terroristas islámicos, incluidos los que pretendían atentar contra la Audiencia Nacional, por ello se ordenó el traslado de éstos a otras prisiones. Esteban Suárez aseguró que el traslado de este preso al centro de Cáceres se había acordado antes de estas investigaciones.