Quien quiera desbancar al conjunto de Navalmoral del primer puesto, así como derrotarle, deberá luchar mucho. Es la sensación que están dejando sus últimos enfrentamientos.El Moralo es un equipo compacto que sabe tener paciencia para encontrar sus oportunidades. Conoce sus limitaciones, pero todos sus jugadores trabajan durante los 90' de juego por un mismo fin sin dejar apenas espacios a los rivales, a los que castiga con firmeza. Ante el Monesterio, una de las revelaciones esta temporada, los verdes continuaron con la racha. Supieron esperar para despegarse en el marcador, sin demasiadas prisas aguardando algún toque de genialidad de algunos de sus futbolistas.BENI ROMPIÓ LA IGUALDADEl partido hasta el minuto 40 estuvo igualado, aunque las mejores ocasiones para marcar las tuvieron los locales. Gabi, de chilena, tiró fuera; Lolo, de libre directo, mandó el balón al larguero; y el debutante Dani Baños, de cabeza, remató alto delante de la portería completamente desmarcado. Fueron los serios avisos de los de David Salvo a un Monesterio que no perdió la cara al choque pero sin hacer daño.Luego llegaron los últimos compases del primer periodo, cuando Beni Besale puso en clara ventaja en el marcador a su equipo con dos goles en poco menos de minuto y medio. El fino mediapunta moralo colocó el 1-0 (41') con un elegante toque desde la frontal cuando el guardameta Castañeda había quedado descolocado tras una acción aérea. Y a renglón seguido marcó el 2-0 (42') con un centro chut lanzado a mitad de camino entre la portería y el banderín de corner. El cuero se alojó en las redes con el beneplácito de Castañeda, que fue sorprendido y distraído por Gabi en su intento de llegar al centro. El líder, de dos zarpazos, dejó herido de muerte al Monesterio poco antes del descanso.Ya en la reanudación, los visitantes se estiraron y buscaron el portal de Carlos Agut, aunque éste no intervino nunca porque los ataques más peligrosos siempre acabaron con el balón fuera.PLETÓRICA FORMA FÍSICAPor su parte, los moralos siempre anduvieron cerca de ensanchar las distancias con acciones que crearon apuros a la zaga monesteriense. Así, hasta que el ingenioso Juli marcase el 3-0 (82') con poco ángulo desde fuera del área. La pelota llegó a sus pies después de una salida del portero sobre Mario, y no se lo pensó dos veces a la hora de intentarlo de vaselina. Un gran gol. Poco después, en oleadas, el cuadro de Navalmoral machacó definitivamente al contrario. Juli se escapó como una flecha desde su campo cuando le cedió el cuero su guardameta, sorteó a dos contrarios y en el mano a mano con Castañeda cedió el 4-0 (90') a Mario a puerta vacía. La generosidad de Juli puso el punto y final a un gran partido ante el delirio de los aficionados. La suficiencia de este equipo no tiene freno hasta ahora.