Una montaña de libros con un zapato tapizado a modo de pedestal; un elegante modelo adornado con una pluma es atacado por un pájaro; un diseño de piel de cocodrilo yace en un pantano; unos botines de piel de leopardo y jirafa recrean una fábula de La Fontaine y una bota alta recuerda a las mujeres de Borneo, que se tatúan brazos y piernas. Esta es una breve visión de las 165 espectaculares imágenes que incluye el libro Manolo Blahník, obra de Eric Boman que ha editado Temas de Hoy.

Cuenta Boman, ilustrador, diseñador gráfico y fotógrafo de moda, que esta obra surgió en febrero del 2003, cuando vio la exposición dedicada a Blanhík, para muchos el mejor diseñador de zapatos del mundo, en el Museo del Diseño de Londres. "Sugerí a Manolo plasmarla en un libro fotográfico. Su respuesta fue tan inmediata y directa que me dejó elegir entre toda su producción los zapatos que más me estimulaban la imaginación. Y me dejó solo, sin saber nada hasta que le mandé la primera tanda de fotos. Tuvo una reacción gratificante, lo que probaba que estábamos de acuerdo en el enfoque", asegura.

El sinfín de escenarios y cada uno de los fragmentos de conversación entre Blahník y Boman que ilustran esta publicación aluden a las eclécticas influencias del cine, la literatura, la historia y el arte, así como a los viajes y a recuerdos de la infancia de estos dos artistas. Y es que en este libro que desprende sofisticación, lujo y mucho trabajo, en cada palabra, en cada frase, en cada párrafo se aprecian anécdotas, interpretaciones poéticas y reminiscencias literarias, como la de Anna Karenina ; cinéfilas, como El gatopardo y Claudia Cardinale, e históricas, como cuando Blahník tilda a Eugenia de Montijo de "compradora compulsiva de la realeza".

Paloma Picasso, amiga de Boman y también de Blahník, ha escrito la introducción del libro. En ella afirma que "Eric tiene mucho ojo, como deberían tener todos los artistas, para descubrir y emparejar los elementos más improbables, dotándolos de un equilibrio imposible". Sobre su otro amigo, apostilla que "Manolo prepara sus colecciones como si escribiera una enciclopedia de deseos y estados de ánimo. Sus zapatos vuelven locas a las mujeres porque al encaramarse sobre sus altos tacones les parece alcanzar un estatus de semidiosas". Para la hija del genial pintor, "si el mundo es puro teatro, un par de manolos es el mejor accesorio para salir a escena". "Entre los dos han inventado un maravilloso género de diálogo artístico", asegura. Y este libro es la prueba de ello.