H ace mucho tiempo, le pregunté a Antonio Gamoneda, que era un grandísimo caminante (como Kierkegaard) si el ritmo de los versos se podía asemejar a la cadencia de los pasos al andar, porque muchas de las mejores ideas a menudo nos vienen así: andando. Se dice que Rousseau escribió su Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres’ deambulando por el bosque. No produce riqueza, decía Thoreau: en el trabajo puede sustituirte alguien, pero no al caminar.

Hay quien lo hace porque le han dejado. La joven habló de amor: su madre, incluso, de matrimonio. Pero el amor es eterno mientras dura, eterno y de cristal, decía Antonio Gala, y oigan, que el joven se larga, a ritmo de caminante, dice Schubert, triste, solo, devastado, roto por la mitad y, en fin, todo eso que sientes cuando la historia que consideras más importante del mundo porque es la tuya, tiene un final que no has predicho y descubres que, de pronto, el capullo acogedor se te ha partido y no hay sino frío fuera (porque es Austria y te han abandonado en invierno, qué oportuna) y, sobre todo, dentro. «Llegué como un extraño: como un extraño me marcho». Así comienza el Winterreise de Franz Schubert. Son lieder (un lied, lieder en plural y en alemán, es una composición basada en un poema: en este caso, son los de Wilhelm Müller) que compuso en el último año de su vida. El muchacho llora sin darse cuenta de que ha llorado, se para junto al tilo en el que grabó frases de amor, quiere traspasar el hielo y la nieve hasta horadar la tierra, le atrae al abismo más profundo un fuego fatuo, pasa por un cementerio, busca los caminos menos transitados y encuentra a un organillero al que nadie quiere escuchar, pero que sigue tocando, sí, aunque nadie le oiga. Por el puro placer de crear, dicen unos: como imagen de la muerte, dicen otros: yo me quedo con la primera. El sonido como foco.

«Tengo que encontrar el camino yo mismo en esta oscuridad». Eso cantaban en 1827. En 1993, el compositor alemán Hans Zender estrenaba Schuberts Winterreise - eine komponierte Interpretation, que este sábado Sonido Extremo y el Ensemble 20/21 de la JORCAM (la Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid) van a interpretar con entrada libre y dirigidos por Jordi Francés. En 1993, por lo visto, le llamaron blasfemo. Cómo se atrevía, etc.

Pero Zender conoce bien a Schubert. «¿Qué es lo que realmente escuchan los oyentes? ¿Es simplemente una interpretación, o una instrumentación, una ilustración acústica, un enfoque muy original, un remake, una adaptación o una nueva creación? Ninguno de estos términos sería incorrecto, y sin embargo ninguno corresponde realmente a la complejidad de este trabajo». Eso dijo el ensayista (y periodista cultural y profesor de universidad) Konrad Paul Liessmann, y es lo que más se aproxima a lo que Zender realizó.

Es un concierto escenificado. El cantor es el tenor canario Gustavo Peña y la directora de escena, Susana Gómez. En su versión, Zender incluyó nuevos espacios sonoros, así que el público escuchará la orquesta desde distintos ángulos: ha tenido que hacer este trabajo para el Palacio de Congresos de Badajoz y para el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía, donde tocan dos días después.

Celebré la Nochevieja un día antes de tiempo hablando de este concierto, entre libros, poesía y cómics. El día de Reyes, Javier González Pereira me envió un vídeo de los ensayos en Madrid, porque hay gente que hace estos regalazos. Además de ser presidente de la Sociedad Filarmónica de Badajoz, es uno de los integrantes de Sonido Extremo. Son extremeños, de nacimiento o de adopción: Joan Alonso, Jesús Gómez, Beatriz González y Alfonso Pineda, además de Javier y de Jordi Francés, como director. Algunos de los mejores compositores del país (José Río Pareja, Jesús Rueda, Mauricio Sotelo, Juan Cruz Guevara) les han encomendado el estreno absoluto de sus obras. Repito: son de aquí. Qué cosas. Sí, todavía hay que reseñar con un pero algo tan azaroso como el lugar de residencia.

El IX Ciclo de Música Actual de Badajoz, que coproducen la Sociedad Filarmónica y el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), está formado por varios conciertos y actividades pedagógicas, con tres estrenos absolutos y una docena de estrenos en España. Acaba en febrero. Por aquí han pasado Félix Ibarrondo, que es una institución viva; Rocío Márquez con Fahmi Alqhai (un concierto maravilloso, de flamenco y viola de gamba); Jesús Méndez y el Trío Arbós; la música de Alberto Posadas y Sigma Project con todos sus laberintos; se ha presentado en sociedad el Ensemble Rinascente y, con charla incluida, se presentó la Black Box de Simon Steen-Andersen. Los últimos han sido Drumming. Nos falta el cuarteto Gerhard, con otro estreno absoluto (de Manuel Hidalgo), el Ars Nova Copenhagen, un conjunto vocal que llega de Dinamarca, lo han podido deducir, y la pianista asturiana Noelia Rodiles, también con piezas de Schubert.

‘Winterreise amplificado’. Sábado, 27 de enero. 20.30 horas. Palacio de Congresos (Badajoz).