El cineasta israelí Amos Gitai y el estadounidense Todd Solondz han recurrido al sexo, tratado de diversa manera, para sus respectivas películas sobre la explotación femenina y la pederastia y el aborto, respectivamente.

Promise land , de Gitai, y Palindromes , de Solondz, son los dos largometrajes en competición presentados ayer en el Festival de Venecia, donde fueron premiados con aplausos, en especial el segundo.

Gitai cuenta la historia de un grupo de mujeres del este de Europa que llegan engañadas al Sinaí y pasan por Egipto, los territorios palestinos e Israel para ser explotadas como prostitutas contra su voluntad.

Gitai plantea gran parte de la película como un documental, con movimiento de cámara al hombro y con un tratamiento naturalista, con la intención de subrayar el realismo de la historia.

Solondz vuelve a dar una muestra de su carácter de irreverente, con Palindromes , atravesada por cuestiones delicadas como la pederastia y el aborto. La protagonista es una niña de trece años que quiere ser madre.