Eduardo Mendoza ha elegido dos años y medio de la historia de Barcelona --entre abril de 1984 y octubre de 1986-- para ambientar su última obra, y en este escenario ha colocado pequeñas dosis de lo que fue aquella época: ideologías de izquierdas desdibujadas, inicio de la gran corrupción, políticos desacreditados, presencia del sida y desaparición de la utopía sometida a no se sabe qué pragmatismos. Todo eso, junto y revuelto, da cuerpo a Mauricio o las elecciones primarias , libro, con varapalo a la clase política, que ya despunta entre los más vendidos.

A golpe de novela, Mendoza (Barcelona, 1943) ha recorrido más de 100 años de la vida de esa ciudad. Con La verdad sobre el caso Savolta eligió la época posterior a la primera guerra mundial; siguió La ciudad de los prodigios , ambientada entre las exposiciones de 1888 y 1929, y en Una comedia ligera aparece la Barcelona de mediados del siglo XX. El autor dice que nunca se planteó la novela histórica, sino explicar "cómo funcionan las ciudades y cómo los cambios colectivos afectan a las personas".

Mauricio o las elecciones primarias (Seix Barral) pretende narrar el momento en que una generación "adapta su ideología a las circunstancias", que es lo que, según el autor, hicieron los españoles en los 80. Incluye personajes y situaciones no muy alejados del género de lo absurdo de títulos anteriores de Mendoza, pero, en general, se centra en la situación política y social a través de tres personajes: Mauricio y dos mujeres, Clotilde y la Porritos, universitaria e independiente la primera, y perdedora nata la segunda, quizá la figura menos contaminada por un ambiente que empezaba a destruirlo todo.

Mauricio figura en las listas socialistas en las autonómicas de 1984 --que volvería a ganar Jordi Pujol--, episodio que es aprovechado para lanzar una dura crítica a toda la clase política.

Mendoza afirma que no hay ajuste de cuentas personales en el libro, que se ha limitado a reflejar el desencanto de la época, algo que, a la vista de lo que ha quedado en la cuneta, no sabe si ha sido bueno o malo.