La vejez y la muerte, plasmadas en el corto A Espera , de la brasileña Fernanda Teixeira, abrieron ayer una intensa jornada de cine latinoamericano en Cannes, donde tres cineastas de Argentina, Brasil y Chile mostraron obras que contrastan con las lentejuelas de la alfombra roja. Para completar esta visión, otra sobre el continente pero con los ojos de Estados Unidos: la versión que Steven Soderbergh ha realizado del Che Guevara, protagonizada por Benicio del Toro. En el reparto figuran también Jorge Perugorría, Carlos Bardem, Oscar Jaenada y Damián Bichir.

La película de Soderbergh se estrenará en dos entregas: El argentino y Guerrilla , en septiembre y noviembre, respectivamente. Rodada en español en localizaciones de España, México, Puerto Rico y Bolivia, la película narra el inicio de la revolución y el final del Che en Bolivia.

La argentina Lucrecia Martel estuvo en el festival con La mujer sin cabeza . Al igual que ocurrió durante la dictadura de su país, la protagonista de la película se convierte en ciega --sin serlo-- para tratar de que no exista el atropello que ha cometido y en el que podría haber muerto una persona.

La muerte está presente también en A festa da menina morta del brasileño Matheus Nachtergaele. Santinho narra sobre un supuesto milagro relacionado con el suicidio de la madre del protagonista. Otra cruda realidad queda plasmada Salamandra , del argentino Pablo Agüero, un filme inspirado en su infancia. Otra gran presencia latinoamericana fue el director chileno Alejandro Jodorowsky, que presentó una copia restauradas de Santa sangre , estrenada en 1968.