El Cacereño sigue estancado. El cambio de propietario se complica, más aún después de que Juan Bermejo retirara su candidatura, abandonando su ‘alianza’ con el grupo de empresarios de Cáceres, incapaces estos de reunir el dinero para cubrir su porcentaje de la compra. En el futuro del CPC, una incógnita, se abre una opción más ahora, que pasa por que Bermejo compre él solo el club.

Pero con Bermejo o sin Bermejo, el interés en hacerse con el CPC sigue siendo firme y los empresarios cacereños continúan buscando fórmulas para conseguir su objetivo. En las últimas 48 horas, desde que surgió el problema de la liquidez, buscan nuevos socios. Por ahora son once, aunque podrían seguir incorporando a todo el que lo desee, porque su objetivo es, dicen, que el club sea de la ciudad. Anoche, al cierre de esta edición, seguían reunidos tratando de buscar una solución.

Los intentos por alcanzar un acuerdo con Antonio Martínez Doblas se mantienen, y el empresario segedano parece dispuesto, aunque según afirma él mismo la vía del inversor extranjero no está del todo cerrada.

Lo único cien por cien cierto es que el futuro del Cacereño es una gran incógnita, aunque suceda lo que suceda, Doblas no lo dejará morir. Si la situación no se resuelve, podría estar dispuesto a apoyar otro proyecto más, que debería empezar a funcionar la próxima semana.

Mientras tanto, hay jugadores que siguen esperando una resolución, aunque como ellos mismos reconocen, cada vez es más difícil aguantar. Ayer se despidió uno, el portero Juanfran Ortiz.