José Manuel Calderón es de Villanueva de la Serena y se marchó a Vitoria con 14 años. Después, solamente ha jugado en Alicante, Fuenlabrada y Toronto. Sin embargo, la ciudad de Cáceres también aparece en su historial de forma constante y siempre con connotaciones positivas. La oferta de entrenar con el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, aún en pie y no descartada por el jugador, es el último episodio de un recorrido que empezó con enorme brillo la tarde del 10 de marzo del 2001.

¿Qué ocurrió aquel día? Nadie que estuviese allí puede olvidarlo. Un jovencísimo Calderón, que aún no había cumplido los 20 años, llegaba con el Proaguas Costablanca alicantino para medirse en el Multiusos al ahora extinto Cáceres CB. No era todavía un jugador muy reconocido, aunque empezaban a hablarse de unas cualidades que ante dos bases veteranos y experimentados como Pepe Arcega y Bruno Hamm desarrolló a tope.

El Proaguas perdía de casi 20 puntos en el segundo cuarto, pero él lideró una briosa remontada que acabó en victoria clara visitante (75-89). Sus números se expresan por sí mismos: 25 puntos (4/5 en tiros de dos, 5/6 en triples, 2/3 en tiros libres) y 4 robos (al menos dos tras saque de fondo cacereño) en 26 minutos. 30 de valoración. Una fuerza de la naturaleza.

Después de eso, Calde volvió al Multiusos con el Fuenlabrada y con el Tau Vitoria, casi siempre jugando bien, con su familia y sus amigos en la grada. Pero su retorno más especial, ya con la vitola de NBA, fue en el verano del 2008, cuando jugó con la selección española un amistoso frente a Rusia. Pocas veces se ha llenado el Multiusos de esa manera. Fue el más aplaudido.

En todo este tiempo, Cáceres ha estado en su mapa vital, sobre todo con la celebración desde hace cuatro del campus que lleva su nombre, para el que ha invitado a estrellas como Anthony Parker, Chris Bosh y DeMar DeRozan. Y, sin ir más lejos, hace poco más de una semana presentó en el Hotel Extremadura un acuerdo publicitario con DKV.