El baloncesto extremeño ha vivido un fin de semana especial con el Cáceres, en LEB Oro, y el Plasencia, en LEB Plata. En ambos casos, el balance ha sido muy positivo: victorias y objetivos cumplidos con la consecución de la permanencia, un año más, en estas categorías del baloncesto.

Ha sido una campaña complicada para los dos proyectos. En el Cáceres, las lesiones y enfermedades han mermado extraordinariamente al conjunto entrenado por Ñete Bohigas, que ha ido capeando el temporal de la mejor manera posible. Lástima que el equipo no haya podido jugar los playoff para el título, que puede que hubiera logrado de no mediar ese condicionante. Pocas veces un equipo ha podido sumar tanta desgracia junta.

Lo mejor del triunfo ante el Tau Castelló fue cómo resultó la despedida de Sergio Pérez del baloncesto profesional. Se va un caballero absoluto tras 20 años en las canchas con actitud modélica y ejemplo a seguir. Sergio, que durante los últimos tres años ha vestido la camiseta del club extremeño, se quedará en la entidad como gerente. Una de las primeras decisiones que tomará será la de continuar o no con Ñete Bohigas. En principio parece que puede dar el sí a su renovación a los directivos, aunque habrá que confirmarlo en los próximos días.

En Plata, el Plasencia consiguió la meta de la permanencia en un sábado increíble, haciendo lo que tenía que hacer venciendo al Ávila y esperando que el Cambados no hiciera lo propio en La Roda. Se cumplieron las premisas y los aficionados placentinos celebraron por todo lo alto el logro. Ha sido una temporada dura, con cambio de entrenador incluido. Al final se ha podido respirar en un último encuentro dramático. Así es el deporte, tan grande, tan emocionante en citas así. Y así disfrutaremos con nuestro baloncesto la próxima temporada, afortunadamente.