Nadie dijo que la marcha de Samuel Eto´o, si es que finalmente se va del Barça, sería fácil. Ni mucho menos. No lo fue hace un año. Ni tampoco lo será ahora, Es un pulso sin fin, que se arrastra desde el verano pasado y cuyas consecuencias son imprevisibles. Entonces, el club quiso vender al delantero camerunés, aunque no pudo y terminó siendo pieza capital en el triplete. Se fueron Ronaldinho y Deco, pero Eto´o siguió. Ahora, el goleador camerunés, enojado porque el club le ha abierto la puerta para que acepte la multimillonaria única oferta del Manchester City, sigue firme.

No cede, manteniendo, de nuevo, una postura de fuerza. Diga lo que diga el Barça, Eto´o tiene claro que solo se irá cuando él quiera. Si el club airea que tiene una propuesta "brutal y estratosférica, difícil de rechazar", según Laporta, Eto´o se planta y se aferra a su contrato (expira en el 2010) para negarse a hacer las maletas. El pulso es tan profundo que tiene de todo. Hay un componente sentimental. Aunque aún no lo ha dicho públicamente aún, el jugador no se siente valorado.

Además, Eto´o reclama una prima de fichaje de 15 millones de euros, lo que dificulta mucho más cualquier operación. El City ofrece al camerunés alrededor de 50 millones por cinco años.