Tras el fracaso de marcas y organizativo de la I Media Maratón Cáceres 2016, que el concejal de Deportes, Lázaro García, nos vendió cinco veces ante los medios como "la mejor medio maratón de todos los tiempos", es hora de asumir responsabilidades en el desastre y se den explicaciones. Se convirtió en lo que habíamos adelantado: "acto de propaganda electoral del concejal y el PP", con la presencia masiva de sus altos cargos, incluido su presidente regional, Carlos Floriano.

No vimos por ningún lado atletas del nivel que nos anunciaban, salvo Zersenay Tadesse. El resto, pocos, eran atletas de nivel medio, por lo que no entendemos el desorbitado presupuesto (100.000 euros) para tan escaso resultado.

Una pantalla gigante hubiera facilitado el seguimiento en un circuito que se descubre malo, con subidas y bajadas y cuatro curvas de 180º que rompían el ritmo. Penoso resultó también el trato a los atletas populares: desde darles la salida aparte a la escasez de agua, pasando por la falta de trofeos.

Se han cumplido los peores vaticinios, desgraciadamente para Cáceres y su aspiración a la Capitalidad Cultural del 2016, convirtiéndonos en el centro de las críticas. Todo por no escuchar los consejos que pedían prudencia y un tiempo para adquirir experiencia. Pero los cantos de sirena y el excesivo protagonismo del concejal, más pendiente de su campaña personal y de las elecciones, le han llevado a excluir de la organización a la propia Federación Extremeña, dejando el papel de secundarios, y desorientados, a los trabajadores del Instituto Municipal de Deportes.

No es el modelo del PSOE, que estamos por la organización de una carrera en la que tengan cabida todos quienes ayuden en la dirección de hacer que los atletas se sientan valorados y bien tratados, tanto los de élite como los populares.