Los jugadores del Imperio entrenaron durante la tarde ayer en los Campos de la Federación al contar, al contrario de lo que había venido sucediendo en los últimos días, con agua fría para ducharse. De esta forma, no ejercieron el derecho a huelga que tenían previsto como medida de presión para solventar las deficiencias que vienen sufriendo los últimos meses para entrenar.

Los jugadores del Imperio decidieron seguir con la rutina habitual al comprobar que el amague de plante ha provocado cierta reacción en los cuidadores de las instalaciones. Tras venir denunciando su situación los últimos meses, la plantilla fue testigo de que el campo se había adecentado y de que tenían agua en el vestuario. El paso al agua caliente todavía es una quimera, pero de momento ya se pueden hacer las necesidades dentro del vestuario.

El capitán Macías aseguraba antes del entrenamiento el miércoles que "estamos dispuesto a no entrenar mañana (por ayer), para intentar hacer algo de presión y si no ya buscaremos algo más importante". El capitán imperialista, que dio sus primeras patadas a un balón precisamente en estas instalaciones, reconoce que "tanto años después, esto no ha mejorado nada y no es ya por nosotros sino por la cantidad de chavales que vienen a diario a entrenar aquí". Llegó a decir que "si yo tuviera un hijo no le dejaría entrenar aquí".

Juan Marrero, entrenador del equipo, entiende perfectamente a sus jugadores. "El vestuario es la segunda casa de un futbolista y en estas condiciones no se puede entrenar". De momento parece que es un punto y seguido a la situación. A partir de hoy se podrá hablar del partido en Castuela, en el que el Imperio quiere mantener su segunda plaza en tercera.