CACEREÑO: Pedro, Antonio, Marcos, Carlos, Garrido; Lolo, Emilio Rosa, Avila, Javi Méndez, Willy; Fabiani (min. 74, Ramiro).

VALDIVIA: Lucas, Gus, José Mari (min. 83, Juanlu), Torres, David, Mario, Antonio, Cano, Miguel, José Luis y Marcos (min. 67, Víctor).

GOLES: 1-0-Min. 5: Fabiani. 2-0-Min. 46: Javi Méndez. 2-1-Min. 80: Víctor.

ARBITRO: Nevado Rodríguez (2). Casi sobresaliente, pese a que los jugadores no ayudaron en absoluto. Roja directa al local Carlos y al visitante Antonio (min. 72, ambos). Amarillas a los cacereños Pedro, Garrido, Marcos, Carlos y Fabiani y a los visitantes Gus, David, Antonio, Marcos, Miguel y al técnico.

INCIDENCIAS: Partido aplazado el pasado 30 de octubre.

Hay un futbolista en el Cacereño que desentona por lo positivo. Su nombre, Javi Méndez. Dos acciones espectaculares del jugador local valieron por todo un partido en el que su enorme clase disfrazó un simulacro de encuentro, con dos equipos lamentables y un desenlace tan lógico como pírrico.

Con justamente 77 heroicos espectadores en la grada (min. 5), el 10 verde se inventó un par de regates y sirvió el 1-0 a Fabiani. Con algo más de público, en la jugada inicial del segundo acto, control perfecto y vaselina de crack para el 2-0. Dos jugadones marca de la casa y tres puntos para el deplorable Cacereño y castigo para el limitado Valdivia, un grupo inconexo que jamás podrá hacerlo mejor que ayer. Y ayer estuvo como lo que es: un modesto en apuros, incapaz de dar dos pases consecutivos con sentido, al menos en Tercera.

RACANOS Salvo los destellos del indultado Javi Méndez, apenas se avistó fútbol. Fue la racanería elevada a la décima potencia. En realidad, el término exacto o algo aproximado que se le debe asignar al deporte rey sólo se pudo ver los diez primeros minutos, en los que el Cacereño pudo sentenciar la contienda con cinco oportunidades claras.

A partir del primer cuarto de hora, el aburrimiento se instaló en el césped del Príncipe Felipe, con un Cacereño ramplón en el que el fútbol directo es su principal argumento también ante conjuntos de medio pelo como el Valdivia. Y es que también ante equipos menores los verdes juegan con un solo punta, accidente éste que lamentan los pocos que siguen yendo a ver al en otro tiempo respetado club.

El espectáculo se fue desvirtuando hasta el 2-0 del protagonista de la mañana. Ni siquiera su obra de arte futbolística sirvió para la mejora. Lo contrario.

El Valvidia, a cuestas con su lógica impotencia, se fue creciendo hasta que un pase de Cano mirando al tendido lo recogió Víctor para batir a Pedro.

Los minutos finales fueron exasperantes para un Cacereño al que incluso le traicinó su fuelle. Cierto es que las lesiones le asolan --el último episodio del mexicano Eduardo, al que ahora se quiere echar, es para enmarcar--, pero la imagen que se sigue dando no tiene justificación alguna. Y es que el club está tocando fondo, con circunstancias tremendas. Ayer no estuvo el presidente. Ya se lo habrán contado. Menos mal que hay por ahí un tal Javi Méndez.