José Francisco Grao Pato ya tiene la pieza que le faltaba para completar la plantilla del Arroyo. El preparador cuenta desde ayer con un nuevo central, Juan Manuel Lobato Lobato, con el que a priori se cierra el equipo arroyano, aunque hasta el lunes aún cabe la posibilidad de incorporar algún futbolista más. En principio esta opción ya está descartada, aunque seguirán atentos al mercado por si surgiera alguna ganga.

Con Lobato, el Arroyo tiene una plantilla de 21 jugadores, suficientes para afrontar con garantías la temporada siempre que las lesiones respeten, algo que sufrió mucho el conjunto ajedrezado la temporada pasada con tres lesiones de larga duración (Iban Espadas en pretemporada y después Domingo Chori Pérez y Willy Ledesma) que mermaron sus posibilidades y obligaron a muchos cambios de última hora.

Lobato, de 26 años (La Línea de la Concepción), jugó la temporada pasada en el Llagostera, con el que fue campeón del Grupo III de Segunda B, logrando el ascenso a la categoría de plata del fútbol español. Algunos problemas musculares le impidieron participar en más partidos con el conjunto catalán. Antes, el defensa central ya había jugado otras cuatro campaña en Segunda B, siempre en equipos diferentes: el filial del Espanyol, el San Roque de Lepe (enfrentándose ese año a cuatro equipos extremeños, Cacereño, Villanovense, Badajoz y Sporting Villanueva), la Cultural Leonesa y el Lucena. Se puede hablar por lo tanto de un jugador consolidado en la categoría de bronce que antes se había formado en los equipos de base del Málaga.

El central linense estará disponible para visitar el sábado al Betis B(19.00 horas), segundo filial sevillistas al que se enfrenta el Arroyo de forma consecutiva, aunque su falta de rodaje puede posponer su debut. Para lo que no estará listo será para jugar esta noche el partido de cuartos de final de la fase autonómica de la Copa Federación ante el Sanvicenteño (21.00 horas).