Mi amigo Quini Carrasco, quizá el deportista extremeño más laureado, regresaba ayer de correr su primer maratón, y se estrenó en Madrid. A sus 40 tacos, hizo 3 horas y 28 minutos, un registro realmente impresionante, no sólo por la edad del protagonista, sino porque durante toda su carrera ha sido velocista. Ello me lleva a una reflexión, basada en que cada vez hay más atletas que, sin ánimo competitivo, están surgiendo en Cáceres. Aunque ya sé que está muy ocupado --y cabreado-- le sugeriría al concejal de Deportes cacereño y a la propia federación que promoviera pequeñas pruebas atléticas populares. En Badajoz la fórmula está teniendo mucho éxito y estoy seguro de que en Cáceres, dado que la afición está ´in crescendo´, también lo tendría. Y es que del estilo al que me refiero sólo se organiza la San Silvestre, que promuevea una asociación de vecinos a la que ni siquiera se lo agradecen con una sede. Lázaro, anda, ´populariza´ el atletismo.