Rafael Nadal volvió a dar signos de campeón al vencer a Lleyton Hewitt, por 6-2, 5-7, 6-4 y 6-2, para lograr la primera victoria sobre el australiano y de paso alcanzar por segundo año consecutivo los cuartos de final de Roland Garros, donde sólo permanece él como único español.

En tres horas y 17 minutos Nadal sumó su 57 victoria consecutiva, y como él mismo dijo cuando derrotó al francés Paul-Henri Mathieu en octavos, jugó mucho mejor para superar a Hewitt, quien en los tres partidos anteriores, todos ellos en pista dura, Abiertos de Australia (2004 y 2005) y Masters Series de Toronto (2004) había salido vencedor.

Pero Roland Garros es el Grand Slam de tierra, el torneo que ha ganado Nadal, y donde tiene ya una sobrada experiencia. Ayer lo demostró cuando a pesar de ceder el segundo set, fue capaz de controlar los dos siguientes con gran autoridad, hasta terminar desgastando al de Adelaida.

El público francés, que en el partido anterior contra Mathieu silbó al español, esta vez acabó rindiéndose a su garra, coraje y ese espíritu de lucha que acaba con cualquier rival que se le pone a tiro.

Nadal se enfrentará ahora con el serbio Novak Djokovic, de tan sólo 19 años, que se impuso Gael Monfils, la gran esperanza francesa, por 7-6 (5), 7-6 y 6-3.

RETIRADA FORZOSA La desgracia se cebó con Alberto Martín que tuvo que abandonar su partido contra el francés Julien Benneteau, con 5-1, debido a un problema en la espalda.

Cuando se llevaban disputados 28 minutos y había perdido dos veces su saque, e incluso el dolor le había hecho sacar por debajo, Beto decidió abandonar. Era su primera actuación en los octavos de un Grand Slam.

Tampoco pudo el alicantino Rubén Ramírez Hidalgo continuar su gran arranque en el torneo. El croata Ivan Ljubicic, cuarto favorito, campeón de Copa Davis y recientemente de la Copa del mundo por equipos de Dusseldorf, le derrotó por 6-3, 3-6, 6-3 y 6-2. Ramírez jugó un excelente partido, pero no pudo casi nunca con el excepcional saque del croata.