La presentación oficial del portugués Cristiano Ronaldo como nuevo jugador del Real Madrid desató la locura del madridismo, que llenó el estadio Santiago Bernabéu para recibir al jugador más caro de la historia. Casi 80.000 personas dejaron atrás el récord del argentino Diego Armando Maradona, que logró reunir a alrededor de 65.000 aficionados del Nápoles en su primera aparición como futbolista del club italiano. Parece que Ronaldo llega a Madrid para batir todos los registros.

Los futbolísticos, deberán esperar. De momento, algunos ajenos a un terreno de juego ya han quedado atrás. El primero, lo logró en el minuto uno de su historia como jugador merengue. Su fichaje alcanzó la cifra mítica de 94 millones de euros. Nunca se había pagado ese dinero en la historia del fútbol.

Menos de un mes después del anuncio de su llegada al Real Madrid, Ronaldo también ha sobrepasado a uno de los iconos de la historia del deporte rey. Los 65.000 "tiffossi" que pagaron hace 25 años por ver a Maradona darse un paseo por primera vez en San Paolo han sido superados por la presentación del astro luso. Casi 15.000 personas más que en 1984 han servido para superar el récord del "Pelusa".

Desde primera hora de la mañana, cientos de aficionados blancos se refugiaban en las sombras de los aledaños del Santiago Bernabéu con el objetivo entrar los primeros a las 19.00 horas de apertura de las puertas del estadio.

A EMPUJONES Después de comer, ya eran miles, llegados de todos los puntos de España, incluida Extremadura. Cinco minutos antes, las colas rodeaban el feudo madridista. Los nervios por conseguir un sitio privilegiado provocaron empujones innecesarios y cánticos para que los guardas de seguridad abrieran las puertas.

En menos de 20 minutos las gradas se poblaron de jóvenes, adultos, y, sobre todo, de una legión de crías que puede que chillen a Ronaldo mientras permanezca en el Real Madrid.

El Bernabéu corre peligro y puede convertirse en un concierto continuo de los Beatles. Pero afortunadamente, piensan muchos, el abonado y el socio no frecuenta este tipo de actos y el estadio madridista seguirá poblado de gente más futbolera.

Sin embargo, el atractivo sexual del ex jugador del Manchester entre las mujeres es indiscutible. "Me da igual el fútbol, no sé ni qué es un fuera de juego. Yo he venido verle a él", explica María José, una aficionada de 17 años que viajó con su padre desde Gijón sólo para ver a Cristiano en su puesta de largo.

Muchas y muchos, como está aficionada, chuparon mucha carretera sólo para estar presentes en un acto que pasará a la historia. Desde Santiago, Valencia, Sevilla e incluso alguno que confiesa ser de Barcelona, viajaron a Madrid aprovechando las vacaciones. Todos tuvieron que esperar dos horas en sus asientos. Los ansiosos 120 minutos pasaron despacio. Imágenes del portugués fueron proyectadas en una pantalla gigante. Sus goles fueron coreados.

También las dos presentaciones anteriores, las Ricardo Kaká y Raúl Albiol. No faltaron las olas que se hicieron famosas en 1986 durante el Mundial de México´86. Ni la gran aclamación final, con el del anuncio por megafonía de que nadie más podía entrar el Bernabéu. Ronaldo lo había logrado.Llenó un estadio para decir cuatro frases. En la calle, miles más se agolpaban delante de una pantalla gigante instalada por el club madridista.

Antes de su aparición sobre el escenario del Bernabéu, fueron aclamados Alfredo Di Stefano, Jorge Valdano y el gran futbolista portugués Eusebio. Y, como no, el presidente Florentino Pérez, otro ídolo ahora.

Su aparición fue casi como la de un ser superior. Entre aclamaciones, dio paso a Cristiano Ronaldo, que dijo sus primeras frases oficiales como jugador del Real Madrid.

DE RECORD Las crías chillaron, los jóvenes se emocionaron y todos volvieron a casa satisfechos con el espectáculo. Los 80.000 presentes podrán decir que estuvieron el día que Ronaldo batió otro récord.

Mientras tanto, el campeón de la elitista Premier League, Balón de Oro y talismán goleador de su entrenador, el internacional luso nunca ocultó sus ganas de ser jugador madridista.

Firmó 42 goles en el curso 2007-2008, una estadística de vértigo que lanzó al United a la gloria tanto en este torneo como en la Liga de Campeones, los dos torneos más prestigiosos del momento. Ahora ya está en Madrid, ya es un ídolo blanco.