Bankinter sigue pensando que "no hay ninguna razón" para que asuma el quebranto de 89 millones de euros que han sufrido los cerca de 980 clientes a los que vendió bonos estructurados de Lehman Brothers. Sin embargo, ha decidido crear una comisión externa para revisar las reclamaciones y determinar si en algún caso cometió un error.

La comisión, formada por dos juristas, determinará si se produjo algún defecto en el proceso de comercialización o si no había una "plena idoneidad" entre el alto riesgo del producto y el perfil del comprador. El banco se ha comprometido a aceptar el dictamen del comité, es decir, que devolverá la inversión a los clientes a quienes se dé la razón en su reclamación. No espera, en cualquier caso, que sean muchos. "No es una revisión general: la inmensa mayoría de los casos están bien hechos", apuntó Rafael Mateu, secretario general.

Otras entidades en su situación, como Banif, se han comprometido a resarcir a sus clientes con un bono del mismo valor y características que el de Lehman. Una opción que Bankinter rechaza. "Ellos sabrán por qué hacen lo que hacen; si asumes un riesgo que no te corresponde, entras en una senda de la que no sé cómo se vuelve", les achacó el consejero delegado de Bankinter, Jaime Echegoyen.

El banco defiende que la mayoría de los clientes fueron ampliamente informados del riesgo que asumían. Prueba de que eran inversores cualificados, argumenta, es que la inversión mínima era de 50.000 euros. Recuerda también que su papel era de intermediario entre Lehman y los clientes, y subraya que el banco tenía una alta calificación cuando quebró.