El diálogo social "es un tesoro para el país" y, por tanto, "no habrá ninguna reforma sin acuerdo (previo) con los sindicatos y los empresarios". Este fue "el compromiso" que adquirió ayer el jefe del Ejecutivo ante varios cientos de delegados de UGT. Es la primera vez que un presidente de Gobierno acude a una asamblea de trabajadores, en este caso, previa al congreso que este sindicato celebrará el 1 de junio.

José Luis Rodríguez Zapatero cumplió ayer su promesa de volver a reunirse con los representantes de UGT como ya hizo el 9 de marzo del 2004, pocos días antes de ganar las elecciones. En aquel discurso, Zapatero aseguró que se presentaría ante ellos de nuevo "para rendir cuentas", no ya como como líder de la oposición, sino como jefe del Gobierno, algo que muy pocos daban entonces como seguro. Ayer, el presidente solicitó "el permiso" de los delegados para "repetir este acto una vez al año".

También prometió poner "legalidad donde ahora hay ilegalidad" en el mercado de trabajo, con la ayuda de la Inspección de Trabajo y "de un proyecto ambicioso" como es la reforma que en estos momentos negocian los agentes sociales. Tras asegurar que el diálogo es la garantía del crecimiento económico, de la estabilidad en el empleo, del progreso del país, Zapatero alabó el papel que están cumpliendo los sindicatos para defender los intereses de toda la sociedad.

De ahí que Zapatero animó a demostrar, a "los conservadores" y a los que critican los acuerdos para "que nada cambie", que en España hay sindicatos reformistas. El diálogo social "va a dar sus frutos" y, para avalar esta afirmación, dijo que el Gobierno aportará todo lo que sea necesario para que haya más contratos indefinidos y menos precarios.

Desde hace semanas, los líderes sindicales vienen recordando al Ejecutivo que no es un mero espectador, sino un componente más de la mesa tripartita y deberá impulsar reformas en la educación, en la fiscalidad y en las infraestructuras, como pidió ayer el secretario general de la UGT, Cándido Méndez.

CUMPLIR LA PALABRA Zapatero insistió en que el Gobierno va a cumplir su palabra con la aprobación de una ley que reconozca el derecho universal a la asistencia de personas mayores en situaciones de dependencia, como reclaman los sindicatos y como ayer mismo le exigió Méndez.

También anunció que los presupuestos del 2006 reflejarán un aumento del 25% en la inversión pública en investigación y desarrollo y una ley orgánica de Educación, con acuerdo social y político. "Y no nos vamos a olvidar de los prejubilados, Cándido", recalcó Zapatero.