El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, advirtió ayer a ETA de que los fiscales continuarán aplicando la ley a pesar de la tregua decretada por la banda. El fiscal, en el solemne acto de apertura de tribunales que presidió el Rey, pidió "prudencia, cautela y paciencia" ante este proceso de paz. En su discurso, recordó que el terrorismo ha sido la "más grave preocupación" de los ciudadanos durante las últimas décadas. Por ello, explicó que el Estado de derecho se empleó a fondo para lograr "la derrota de los criminales y la preservación de la democracia".

Sin embargo, el fiscal del Estado se negó a lanzar las campanas al vuelo, a pesar de que han pasado tres años sin atentados. Por este motivo, aseguró que el proceso de paz "exige cautela, paciencia y prudencia". Aclaró que "la legítima esperanza de un final definitivo" no afectará al afán "cotidiano" de la fiscalía de defender el Estado de derecho, "lo que para el fiscal significa aplicar la ley, expresión de la voluntad popular".

Conde-Pumpido expuso en su discurso las cifras de la actuación de la fiscalía frente a ETA. En los años 2004 y 2005 la Audiencia Nacional ha dictado 305 condenas, y en los primeros seis meses de este año ha logrado otras 38 sentencias condenatorias y ha presentado 53 escritos de acusación contra 128 imputados. Es decir, para el fiscal general el mensaje es claro: "Con toda la esperanza depositada en la paz, ni dudas ni vacilaciones en la persecución del crimen".

RETRASO DEL DIALOGO Mientras, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, acusó a ETA de haber provocado en las últimas semanas "el retraso" del diálogo previsto con el Gobierno, y precisó que lo ha hecho para "condicionar al máximo" las conversaciones. Imaz fue tajante al advertir de que el PNV "no negociará nada con nadie", en alusión a Batasuna, mientras no desaparezca todo acto violento. También pidió al PSOE que acerque a los presos a Euskadi.