Pasqual Maragall viajó ayer a Madrid para plantar cara a la ofensiva del Gobierno y del PP contra el tripartito catalán. El presidente de la Generalitat ofreció a España "diálogo", "respeto" y "lealtad institucional", pero también exigió "reciprocidad" por parte del Ejecutivo central. "Pido que nos dejen trabajar, que se nos deje gobernar", reclamó Maragall, y alertó de que "Cataluña no quiere establecerse en el clima bronco y de permanente reproche" que caracteriza la disputa PP-PSOE.

Por su parte, Esquerra Republicana ha decidido cambiar su campaña de las generales y ya no la planteará como un plebiscito sobre el hecho de que su líder, Josep Lluís Carod-Rovira, se entrevistara con ETA.