Francia sacó pecho ayer por la estrategia que sigue cuando se produce el secuestro de algún compatriota en el Sahel. Pero no solo eso. También la contrapuso a la que, supuestamente, ha llevado a cabo España para liberar a los cooperantes Albert Vilalta y Roque Pascual. Hablando en plata, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, arremetió implícitamente contra el Gobierno español al afirmar que "la única estrategia con Al Qaeda no debe ser la de pagar rescates y aceptar la liberación de prisioneros a cambio de personas inocentes". Pocas semanas antes del final del secuestro de los españoles, los terroristas asesinaron al cooperante francés Michel Germaneau, en respuesta a una operación militar franco-mauritana que pretendía liberarle.

RECHAZO A LA NEGOCIACION En su discurso de apertura de la conferencia anual de embajadores franceses que esta semana se celebra en París, Sarkozy mencionó a Germaneau para justificar que "la barbarie de la rama magrebí de Al Qaeda quedó patente con el rechazo a cualquier negociación y la muerte del rehén", y reiteró su convencimiento de que actuó correctamente con su operación militar. "Los terroristas recibieron un duro golpe gracias al ataque de las fuerzas mauritanas con el apoyo de Francia". A su juicio, ese día representa "un momento crucial" en la lucha antiterrorista en el Sahel.

Con los cooperantes en casa, el PP no ha tardado en levantar la veda políticamente correcta que impedía presionar al Gobierno para confirmar si pagó un rescate a los terroristas de Al Qaeda en el Magreb Islámico que retuvieron a los voluntarios de Barcelona Acció Solidària. Esta vez, no se han lanzado a degüello contra José Luis Rodríguez Zapatero, como sucedió con la liberación del pesquero Alakrana en el Indico. Prefieren esperar a que el Ejecutivo explique las circunstancias en que los dos rehenes recuperaron su libertad.

Para ello, el PP solicitará la comparecencia en el Congreso de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, por ser ella la coordinadora del comité de crisis que se constituyó en noviembre a raíz del secuestro. Pero algunos dirigentes del PP no fueron tan comedidos. Su portavoz de Exteriores, Gustavo de Arístegui, advirtió de que negociar con terroristas "es un error porque da aliento a la industria del crimen y a la del secuestro".

En Cataluña, el debate siguió centrado en la conveniencia de organizar nuevas caravanas solidarias a zonas de riesgo, como Mauritania. El president, José Montilla, aseguró que el secuestro no romperá el compromiso con la cooperación en los países del Sahel, pero sí obligará a "replantear los mecanismos" para extremar las precauciones.