Unión, Progreso y Democracia (UPD), todavía más conocido como el partido de la exdiputada socialista Rosa Díez, concurrirá a las próximas elecciones autonómicas catalanas, según confirmó ayer a través de un comunicado. ¿Con qué candidato? No lo sabe aún. Los estatutos del partido exigen que sea un militante con al menos dos años de antigüedad, aunque de forma excepcional ese plazo se puede reducir a seis meses. En el caso de que las elecciones al Parlamento catalán se celebren en otoño, como está previsto, el futuro candidato de UPD a la presidencia de la Generalitat podría no militar aún en esa fuerza política. Sin embargo, el anuncio llega después de que haya trascendido que Antonio Robles, exdiputado en el Parlamento catalán por Ciutadans, se haya afiliado a UPD, con lo que la reducción del periodo de militancia a seis meses le abriría la puerta para liderar la candidatura.

La hipótesis de que UPD presentara una lista propia en Cataluña ha sido un runrún creciente durante los últimos meses, en los que la política catalana cara a la próxima legislatura se vislumbra muy atomizada. Ha anunciado su propósito de ser candidata la exdiputada del PP Montserrat Nebrera con una fuerza de nuevo cuño. El independentismo puede concurrir con dos o tres listas distintas y con nombres tan controvertidos como el del presidente del Barça, Joan Laporta. Y la xenófoba Plataforma per Catalunya también pretende hacerse un hueco.

CAINISMO La oferta tendrá dos focos de durísima disputa. Uno es el del independentismo, en el que ERC vive bajo la amenaza de sufrir fugas. El otro es el del antinacionalismo. En ese, Díez y Nebrera pugnarán con Albert Rivera, que en las últimas autonómicas dio la sorpresa con Ciutadans al entrar con tres diputados. De hecho, UPD y Ciutadans son de una ideología similar. En las generales de marzo del 2008, UPD tuvo en Cataluña 6.252 votos. Un año después, en las europeas, logró 15.720 apoyos.