Seremos muy exigentes a la hora de comprobar la voluntad de ETA de llegar al fin definitivo de la violencia". El Gobierno exigió ayer a la banda que reafirme el alto el fuego que declaró el 22 de marzo y exprese si mantiene aquella apuesta por acabar con el terrorismo. El proceso de paz no está roto, pero ha sufrido un "grave" revés con el robo de pistolas realizado por un comando etarra en el sureste de Francia. Que pueda reconducirse y pasar a la fase del diálogo formal, depende de la banda terrorista. Entretanto, José Luis Rodríguez Zapatero se da tiempo para analizar el alcance de ese robo y establecer si tendrá consecuencias sobre el proceso.

La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, recurrió ayer al lenguaje duro para advertir a ETA de que el robo ha sido "un acto estéril e inútil" si su finalidad era "utilizarlo como medio de presión", porque el Gobierno mantiene las reglas que fijó para el proceso, que empiezan por la "ausencia total de violencia". Para ratificar la firmeza del Estado, avanzó que los ladrones serán "detenidos, enjuiciados y sobre ellos caerá todo el peso de la ley".

SOSIEGO Y FORTALEZA De la Vega aseguró que el Ejecutivo mantiene una actitud de "sosiego" y "fortaleza". Lo primero implica que no quiere meter prisa al proceso. "El tiempo no nos va a condicionar", dijo, y avanzó que puede llevar "días o semanas" llegar a la certeza de que ETA quiere acabar "definitivamente" con sus prácticas terroristas tras 40 años de violencia. La "fortaleza" se traduce en reiterar que no habrá "diálogo" ni opción de "acuerdo" sin verificar que hay ausencia "total de violencia".

Sobre la posibilidad de que el robo de pistolas en Francia haya sido obra de un grupo de etarras discrepantes con el proceso de paz, De la Vega aclaró que el Gobierno "lo está comprobando todo", y para ello utiliza "todos los medios a su alcance". Aunque el Gobierno no descarta la tesis de una disidencia dentro de ETA, la información de la que dispone apunta a que el robo es el fruto del juego de tensiones internas que viven los terroristas desde que declararon el alto el fuego. Según este análisis, la cúpula etarra estaría a favor del diálogo pero habría autorizado un golpe de efecto como el robo de armas para dar sensación de fortaleza ante la negativa del Gobierno a ceder a sus exigencias.

VOLUNTAD "FIRME" El Gobierno se preocupó ayer de dejar claro que el proceso sigue. "Se mueve, no está quieto", dijo De la Vega. Añadió que el "empeño" de lograr la paz es "tan firme" como la voluntad de mantener "las reglas" fijadas para llevarlo a cabo. Zapatero no quiso añadir nada a lo dicho por la vicepresidenta, solo insistió en que puede llevar "semanas" verificar la apuesta de ETA por la paz.