No serán nuevos pero sí más modernos, «el doble de fiables». Reemplazarán a las locomotoras más desgastadas que provocan las principales averías y los retrasos en los trayectos que recorren la región. Se cambiarán 11 trenes S-598 por otros tantos de la serie S-599, que tienen ocho años de antigüedad y que es un modelo que ya circula por la comunidad, «pero vamos a ganar en resultados». Además, ofrecen un mayor número de plazas: 198 en vez de 170. La sustitución se hará prácticamente en el plazo de un año de manera progresiva: en septiembre serán dos, en noviembre tres, en febrero otros tres y en mayo los tres restantes. «Nos gustaría hacerlo antes, pero se debe formar a los maquinistas». Y en ese mismo plazo habrá una inversión en obras de mejora en la línea convencional de unos 60 millones de euros.

Este fue el compromiso ayer del Ministerio de Fomento con la Junta de Extremadura después de la reunión mantenida en Mérida con el Pacto por el Ferrocarril. A la misma acudieron el secretario de Estado de Infraestructuras, Transportes y Vivienda, Pedro Saura; y los titulares de Renfe y Adif, Isaías Táboas e Isabel Pardo de Vera.

El anuncio de Fomento es, en cierto modo, la respuesta a los numerosos incidentes que sufre el tren extremeño, especialmente cuando llega el verano. El último más grave, ocurrido a finales de junio, dejó dos heridos leves después de que un vagón saliera ardiendo y los pasajeros tuvieran que bajarse con el equipaje en mitad del campo bajo un intenso calor.

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, estalló en Twitter: «Nuestra gente ha sufrido mucho. Se acabó la paciencia». Y acompañó sus palabras de una imagen de los viajeros maleta en mano en pleno secarral. Se hizo viral bajo el título «La foto de la vergüenza».

«la DESIDIA» / El secretario de Estado de Infraestructuras, Transportes y Vivienda vino ayer a decir que «el ferrocarril en Extremadura es una prioridad política de primer nivel para el Gobierno central, pues se trata de justicia social ante la desidia que ha habido».

En este sentido indicó que «hay cuestiones técnicas que pueden modificarse para acortar tiempos, y para evitar tanta demora cuando un tren se rompe o se avería». Y argumentó que su departamento «está trabajando en abrir algunas estaciones y reducir lo que técnicamente se llaman cantones para que haya más rapidez y para que los sistemas de seguridad mejoren».

La consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta, Begoña García Bernal, presente en la reunión, advirtió de que se va a hacer un seguimiento de los compromisos adquiridos.

Bernal pidió que se agilice la línea Monfragüe-Humanes y la de Mérida-Los Rosales, sobre todo por su tramo Usagre-Llerena.

«OPORTUNISMO POLÍTICO» / A la cita por «la dignidad del tren» también acudió la recién nombrada delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco; el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; representantes de los sindicatos CCOO y UGT y de la patronal (la Creex); y los portavoces del PSOE, del PP y de Ciudadanos. Podemos se ausentó porque, a su juicio, era una cuestión de «oportunismo político» y de «obtener un rédito al excluir sistemáticamente a las plataformas ciudadanas».

García Bernal respondió que el Pacto por el Ferrocarril es «transparencia y democracia», además de «una herramienta válida para seguir evaluando y supervisando la evolución de las obras del tren».

Los asistentes a la reunión salieron, en general, satisfechos de los acuerdos alcanzados.

Ahora habrá que esperar a que, efectivamente, las obras y las sustituciones de trenes anunciadas sean una realidad y no papel mojado.