Las incidencias, averías y retrasos en el tren extremeño dan para escribir un libro de los gruesos. El pasado domingo, día de vuelta del macropuente de diciembre, se vivió otro capítulo más. El servicio Madrid-Cáceres que tenía previsto salida a las 18.27 y llegada a las 22.45 sufrió una demora de dos horas. Si sin ninguna incidencia el viaje hubiera sido de 4 horas y 18 minutos (en coche se completa en menos de tres), los 50 pasajeros que hacían el trayecto no pudieron llegar a destino hasta las 00.45.

Uno de los viajeros afectados, Álvaro Camello Lázaro, cacereño de 26 años, cuenta con gran indignación lo ocurrido: «Ya salimos de Madrid casi 10 minutos tarde y llegando a Talavera tuvimos que esperar en el cruce a que pasara el tren que iba en sentido contrario (hay que recordar que el ferrocarril en Extremadura cuenta con una sola vía), que también llevaba retraso. Allí estuvimos parados por lo menos 35 minutos».

«Una vez que nos pusimos de nuevo en marcha -continúa relatando Camello-, informaron de que los pasajeros que se dirigían a Plasencia se iban a bajar en la siguiente estación para ser trasladados en autobús hasta su destino. De esa manera no habría que parar allí y así se ganaría algo de tiempo. Pero diez minutos después volvieron a informar de que se cambiaba de idea y que también se haría esa parada».

«Y encima, como la megafonía no funciona nunca, es el revisor el que tiene que ir vagón por vagón contando estas incidencias cuando los pasajeros le preguntan», añade este cacereño.

Pero la historia no acaba ahí. Al llegar a Plasencia fueron de nuevo avisados de que el tren estaría estacionado unos 45 minutos por parada técnica obligatoria, o lo que es lo mismo, para que el maquinista pudiera tener su descanso reglamentario al que obliga la ley.

En resumen, el viaje Madrid-Cáceres duró más de 6 horas.

«Es algo increíble», asegura este pasajero. «La última vez que cogí el tren también tuvimos retraso y casi pierdo el vuelo. Y esta vez, en el viaje de ida a Madrid, llevamos igualmente demora, fue de unos 30 minutos y nos devolvieron la mitad del billete. Pero al final la sensación que te llevas es que mejor irte en otro medio. Yo, de hecho, iba a usar Blablacar (el coche compartido, una opción que cada vez tiene más usuarios en Extremadura), pero ya no había ningún sitio libre».

Respuesta de Renfe

Desde Renfe confirman el relato del incidente pero quieren poner el foco en que el retraso no se produjo por ninguna avería, sino debido a que «hubo que esperar en el cruce más tiempo de lo habitual».

En cuanto a la parada técnica del conductor, afirman que, al igual que sucede en los autobuses, tras determinadas horas trabajando (no supieron especificar cuántas), es obligatorio descansar. Al acumular el tren demora, coincidió al llegar a Plasencia la necesidad de esa parada técnica. «Ofrecimos a los pasajeros un tentempié», aseguran.

Asimismo, añaden que los 25 pasajeros que esperaban en la estación de Plasencia la llegada de este tren que partía de Madrid a las 18.27 horas para trasladarse a Cáceres, tuvieron que ser llevados en autobús a su destino.

Un episodio más que evidencia las complicadas e indignas condiciones en que se encuentra el ferrocarril extremeño y el insuficiente servicio que ofrece.